Strohmeyer fue lo suficientemente persistente para continuar la observación consiguiendo aislar el elemento mediante el tueste y posterior reducción del sulfuro.
El cadmio es un metal pesado, de color blanco azulado, el cual se encuentra en toda la corteza terrestre.
No se encuentra en la naturaleza en estado puro sino que por afinidad química está asociado con metales como el zinc, el plomo y el cobre.
El cadmio que llega al agua principalmente es de vertidos urbanos e industriales.
Consta de los siguientes procesos: El cadmio se puede absorber por tres vías diferentes; oral, respiratoria o dérmica.
Sin embargo, la exposición dérmica es relativamente insignificante, es la absorción tras la vía inhalatoria y oral las de mayor interés.
Una dieta deficiente en hierro según los resultados experimentales de Flanagan et al.
Podemos concluir que la fisiología del individuo (edad, reservas de hierro, calcio, zinc, embarazos…) determina la absorción tras la exposición oral.
En el caso del tabaco, las partículas son de pequeño tamaño, teniendo como consecuencia una deposición mayor a nivel alveolar.
Una vez es absorbido por los pulmones o por el tracto intestinal el cadmio es transportado por la sangre a otras partes del cuerpo, concentrándose principalmente en el hígado y el riñón.
Metabólicamente es importante la unión del cadmio a la metalotioneína ya que deja inerte su toxicidad.
El cadmio es uno de los metales tóxicos emitidos al medio ambiente que más tiende a acumularse en los alimentos.
Una característica considerable del cadmio es su fácil traspaso del suelo a los vegetales, es uno de los metales que mejor se absorben por las plantas, siendo mayormente cereales como el trigo, arroz y, en menor medida el maíz.