La península ibérica está ubicada en un lugar destacado dentro de la circulación general atmosférica, que no permanece estática sino que existen diferentes movimientos de norte a sur, según la estación del año.
El Mediterráneo influye bastante poco en la diversidad climática, tan solo incide en las costas y la creación de gotas frías.
En el interior hay más amplitud térmica y menos humedad, que se debe a la continentalidad.
En 2003 hubo una anomalía de 2,8 °C y 2009 se ha quedado a sólo una décima del segundo año más cálido (1991), que registró una temperatura media superior en 2 °C a la media del periodo, es decir que agosto de 2009 por poco no se convirtió en el segundo más cálido entre 1971 y 2000.
Por el contrario, ciudades mediterráneas como Valencia y Murcia así como en zonas del noroeste peninsular tuvieron una temperatura media en agosto un grado centígrado menor que el resto.
Se asocia al aire polar marítimo, sobre todo en invierno, otoño y primavera, provocando lluvias en la Península.
Es fría y húmeda, se origina en la cuenca ártica, afecta en muy raras ocasiones a la península ibérica.
Cuando llega al Mediterráneo se invade de humedad y después se introduce en la península provocando una ola de frío y en la meseta da lugar a copiosas nevadas, tiene su máxima influencia en invierno.
Este movimiento vertical produce en ocasiones fenómenos tormentosos, el aire caliente que se encuentra en la superficie asciende y por el contacto con una masa de aire frío se produce la condensación del agua lo que dará lugar a las lluvias convectivas.
Las situaciones advectivas se definen por el movimiento horizontal del aire que procede de diferentes sitios.
La borrasca lo que hace es introducir aire frío en la península ibérica de norte a sur.
Es muy parecida a la anterior, también existe un anticiclón noratlántico pero este invade parte de Europa.
Siempre estará favorecida por la localización de una borrasca en las costas occidentales españolas y en el Mediterráneo se va a instalar un anticiclón.
El tipo de tiempo que va a predominar son precipitaciones con una alta humedad y temperatura suaves.
El frente frío será empujado por un anticiclón hacia arriba lo que provocará precipitaciones en la cornisa cantábrica.
Son las condiciones que unidas a los factores climáticos definen los tipos de tiempo (temperatura, presión, precipitaciones, humedad, insolación...).
La principal característica es su dispar comportamiento, muy relacionado con la circulación atmosférica y a los factores geográficos.
Para los climas secos (B) escribimos "h" cuando la temperatura media anual es mayor que 18 °C y "k" cuando es menor.
Los climas templados fríos de tipo D se dan únicamente en zonas montañosas.
En las franja costera del norte las precipitaciones son muy abundantes, llegando a superar los 1500 mm anuales.
Sin embargo, a diferencia del clima oceánico (Cfb), los veranos son calurosos, superándose los 22 °C de media en el mes más cálido.
En las zonas donde se da el clima Cfa las precipitaciones no suelen ser demasiado abundantes, situándose en casi todo el territorio por debajo de los 750 mm anuales.
El clima árido cálido (BWh) se da en zonas costeras o de baja altitud mientras que el clima árido frío, menos común, se da en pequeñas zonas de altitud media.
Ello conllevará que los climas de tipo D se darán en mucha mayor extensión.
El tipo Df se da especialmente en los Pirineos y también en gran parte del sistema ibérico.
Así pues, los climas Dfb y Dsb se dan en zonas montañosas de altitud media-alta mientras que los climas Dfc y Dsc se dan en zonas montañosas de gran altitud.
Además, se daría también el clima subpolar oceánico (sin estación seca) Cfc en zonas montañosas del norte en la península ibérica (principalmente en Pirineos, el Sistema Ibérico y en una pequeña franja del norte de la Cordillera Cantábrica).
Los malos olores, el ruido, las enfermedades de todo tipo y la peste han sido los desechos inevitables del desarrollo urbano desde sus orígenes.
Decíamos que desde sus orígenes la ciudad siempre ha tenido unas condiciones físicas de vida distintas, un clima diferenciado del entorno rural.
También se establece con el campo un intercambio eólico semejante al que existe entre el mar y la costa: durante el día fluye la brisa desde la ciudad hacia el exterior, más caldeado por la mayor cantidad de radiación recibida, y durante la noche el fenómeno se invierte al enfriarse el campo más rápidamente que la ciudad.
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