La niebla (del latín nebŭla) es un término general referido a la suspensión de gotas pequeñas en un gas.
Localmente recibe otros nombres cuando empieza su precipitación (niebla meona, garúa, sirimiri, chirimiri, chilimili, etc.).
Plantas como el pino atrapan la humedad del aire y la precipitan gota a gota como si se tratase de un riego suplementario, que se ve más favorecido en el hemisferio norte en la cara norte de las colinas o montañas y en el hemisferio sur en la cara opuesta (cara sur) por su más baja temperatura al recibir menos calor del sol.
[1] En idioma español los términos bruma y neblina se suelen usar indistintamente, aun cuando es más común llamarla bruma cuando no ocupa el terreno de manera homogénea, sino dispersa, cuando no está constituida totalmente por agua (por llevar además polvo o sal en suspensión) o cuando está en un área costera o sobre el mar.
En la capa más delgada y más inferior del conjunto de las capas de la atmósfera, llamada troposfera, ocurren todos los fenómenos meteorológicos que influyen en los seres vivos, como el viento, la lluvia, la nieve y por supuesto la niebla.
El fenómeno es muy sencillo: el aire se calienta en contacto con la superficie terrestre, tanto en la parte sólida como en la superficie de los océanos y mares, especialmente, en este último caso.
Sin embargo, la comprensión de este proceso es mucho más compleja, ya que las variaciones de la presión no son exclusivamente con la altura, sino con otros factores como la mayor o menor humedad y la latitud, que modifica sustancialmente el mayor o menor espesor de la atmósfera por razones dinámicas: este espesor es máximo en la zona ecuatorial debido a la fuerza centrífuga de la rotación terrestre en dicha zona y, por ende, menor en los polos.
Una pendiente de niebla o colina de niebla se forma cuando los vientos soplan aire en por una pendiente (llamada elevación orográfica), adiabáticamente enfriándolo a medida que sube, y haciendo que la humedad en él se condense.
Es esencialmente una niebla de radiación confinada por la topografía local y puede durar varios días en condiciones tranquilas.