Se produce cuando existe niebla o bruma en un aire cuya temperatura es menor a 0 °C, cuando el punto de rocío está por debajo del de congelación.
La cencellada dura es frecuente en alta montaña y en altas latitudes; su formación requiere temperaturas muy bajas (-2 °C a -8 °C) y de la presencia de vientos moderados o intensos.
Estas láminas pueden alcanzar varios centímetros, dependiendo de la velocidad del viento.
La cencellada dura se adhiere fuertemente a las superficies sólidas.
[2] Muchas veces este fenómeno se combina con el de la escarcha.