Algunos autores consideran que tanto la lebaniega como la campurriana, ambas extintas, eran variedades de la tudanca,[1] y para el experto bovino José María de Cossío, ambas pertenecían a la tudanca, y más que variedades diferentes, eran la misma raza pero con matices.La capa más común en los machos reproductores es casi negra, con un «listón» claro que recorre el dorso.Las astas presentan diferentes formas, aunque la típica es larga, abierta, ligeramente torcida y de base blanca con pitón negro.El origen taxonómico es incierto, aunque parece acomodarse a la evolución exitosa de la adaptación al medio del uro.José María de Cossío la describía como «ágil, fuerte, sobria y resistente», y fueron estas características las que fueron desplazando a otras razas autóctonas cántabras menos completas para su uso doméstico en una sociedad rural de subsistencia.