Algunos autores consideran que tanto la campurriana como la lebaniega eran variedades de la tudanca,[2] y para el experto bovino José María de Cossío, tanto la campurriana como la lebaniega pertenecían a la tudanca, y más que variedades diferentes, eran la misma raza pero con matices.
Capa colorada oscura, a veces lindando con el negro, con tonos castaños.
[5] Por las descripciones que han llegado de ella parece que podría tener una estructura similar a la vaca tudanca, otra raza tradicional de Cantabria.
[cita requerida] Se trataba de animales rústicos, poco precoces y muy fuertes, aptos para la vida al aire libre y muy útiles para el trabajo, pues proporcionaban poca leche.
[6] Los novillos buenos se castraban para bueyes, lo que contribuyó a la degeneración y desaparición de la raza.