El origen de la cocina en miniatura se halla en la costumbre del chiquiteo, hasta hace pocos años una tradición casi exclusivamente masculina.Los bocados se tomaban más para preparar el estómago para recibir el vino que por el propio placer de la tapa.En los últimos años, las mujeres han formado las suyas propias, con menos alcohol y una mejor gastronomía.En este camino hacia la cocina en miniatura, una parte vino del recetario tradicional de banderillas y pinchos.Ahora, en muchas barras de bares, la oferta ha mejorado en calidad y estética, uniéndose a las nuevas tendencias gastronómicas cada vez más exigentes y variadas.