Su nombre se deriva de la palabra griega δακτύλος («daktilos»), que significa «dedo».
Los mayores productores a nivel mundial de dátiles han sido Irán e Irak (hasta la Guerra del Golfo).
Las plantas cultivadas a partir de esquejes darán frutos entre 2 y 3 años antes que las plántulas.
La polinización natural ocurre con aproximadamente la misma cantidad de plantas masculinas y femeninas.
[13][14] Los dátiles se pueden consumir como fruto fresco, desecado o preparado en mermeladas, búdines, tortas, jugos, helados, etc.
Los dátiles tienen mucho tanino usado medicinalmente como detersivo (poder limpiador) y astringente intestinal.
Como una infusión, decocción, jarabe, o pasta, los dátiles pueden administrarse para ardor de garganta, resfriados, catarro bronquial, y para combatir la fiebre.
[15][16] Dentro de un oasis, se explotan todos los estratos para sacar provecho del suelo fértil.
La mayoría de ellos se limitan a una región en particular, y sólo unas pocas docenas han alcanzado una importancia comercial más amplia.
Estudios experimentales han demostrado que alimentar a ratones con extracto acuoso de huesos de dátiles proporciona efectos antigenotóxicos y reduce el daño en el ADN inducido por la N-nitroso-N-metilurea, un agente carcinogénico, mutágeno, y teratógeno.
[23] (En Malasia, por el contrario, se descubrió que el vector eran las granjas industriales de cerdos).
Las hojas maduras también se utilizan para fabricar esteras, biombos, cestas y abanicos.
Las semillas finamente molidas se mezclan con harina para hacer pan en tiempos de escasez.
El término “dátil” deriva del griego antiguo δάκτυλος / dáktylos, dedo, en referencia a la forma de este fruto.