En 1934, el médico húngaro Paul György descubrió una sustancia que podía curar una enfermedad de la piel en las ratas (dermatitis acrodinia).
isoniazida, hidralazina y penicilamina) obran recíprocamente con el fosfato del pyridoxal, produciendo deficiencia de B6.
La vitamina B6 se utiliza para la tensión premenstrual: una dosis diaria del magnesio 10 no debe ser excedida.
A pesar del desarrollo de otras medicinas, la isoniacida todavía se utiliza mucho.
La deficiencia casi siempre se manifiesta por anormalidades neurológicas, que incluyen una neuritis periférica, con dolor grave en las extremidades, tanto superiores como inferiores.
La experiencia en África oriental demostró que debido al dolor, los pacientes rurales no podían caminar hasta los centros de salud para ser examinados o para obtener su medicina.
Sin embargo, con las píldoras anticonceptivas más recientes no se ha visto carencia de vitamina B6.
Se dice que la vitamina B6 por vía oral reduce las náuseas de algunas mujeres en los primeros meses del embarazo.
A menos que se trate muy temprano con vitamina B6, el niño desarrolla un serio retardo mental permanente.