En 1909, el investigador belga Jean de Meyer acuñó el nombre de insulina (derivado del latín insula, ‘isla’) para designar a una sustancia, no identificada, producida por los islotes que Paul Langerhans describió, como «...montículos redondeados» como ínsulas.
[3][4]En 1916 Nicolae Paulescu desarrolló en Bucarest un extracto pancreático acuoso que, tenía un efecto normalizador sobre los niveles de azúcar en la sangre.
[6] Banting y Macleod recibieron el Premio Nobel en 1923 por el descubrimiento.En 1923, las compañías farmacéuticas obtuvieron la licencia para producir insulina sin pagar derechos de autor, años después fue accesible.
[7] En ese año ya se producía insulina suficiente como para comercializar.
Por ejemplo, la insulina bovina difiere de la humana en solo tres aminoácidos, mientras que la porcina difiere solo en uno, por lo tanto, las insulinas de procedencia animal tienen la misma efectividad que la humana.
[13] El péptido C, producto del desdoblamiento de la proinsulina, difiere considerablemente entre las diferentes especies.
Primero la pre-proinsulina es creada por un ribosoma en el retículo endoplasmático rugoso (RER), que pasa a ser (cuando pierde su secuencia señal) proinsulina.
Esta es importada al aparato de Golgi, donde se modifica, eliminando una parte (péptido C) y uniendo los dos fragmentos restantes mediante puentes disulfuro.
[14] Ciertas modificaciones ejercidas sobre la proinsulina le eliminan una región del centro de la molécula denominada péptido C quedando libres los extremos C-terminal y N-terminal.
[30] Se ha demostrado que la insulina y sus proteínas relacionadas son producidas también dentro del cerebro y que niveles muy reducidas de estas proteínas pueden estar asociadas a la enfermedad de Alzheimer.
El páncreas en estado de ayuno (secreción basal) secreta aproximadamente una unidad por hora.
El páncreas en su estado fisiológico secreta en total entre cuarenta y cincuenta unidades de insulina por día, unos 287 nanomoles (nmol).
[34] La secreción basal de insulina es continua, en niveles muy bajos apenas suficientes para alcanzar directamente el hígado, donde ejerce un efecto local.
Los tejidos con mayor abundancia de receptores de insulina son el parénquima hepático y el tejido adiposo, donde pueden llegar a existir doscienta mil a trescientas mil copias del receptor por célula.
Este receptor está conformado por dos subunidades alfa y dos unidades beta.
Acciones rápidas (segundos) Acciones intermedias (minutos) Acciones tardías (horas) La fisiología de los islotes pancreáticos demuestra que la insulina por sí sola no restaura la función completa de los islotes y por qué es tan difícil lograr la normoglucemia sin la existencia de nuevos islotes que funcionen.
Este trastorno puede conducir al desarrollo de una diabetes mellitus tipo 2.
La insulina de estos animales es prácticamente igual a la humana, difieren en unos pocos aminoácidos.
Para evitar variaciones en la potencia del extracto y las reacciones de tipo alérgico, se creó un proceso de purificación, obteniéndose lo que se llamó insulinas monopico (o purificadas) y posteriormente, las monocomponente o altamente purificadas.
Se planteó como una alternativa para aquellos pacientes que por diversas razones no toleraban aceptablemente un tratamiento mediante inyecciones o pastillas.
Las células madre obtenidas del cordón umbilical de recién nacidos pueden ser manipuladas para producir insulina.
El estudio según los investigadores, ofrece una alternativa al uso de células madre embrionaria.