Aminotransferasa

Su reacción es libremente reversible y su constante de equilibrio es cercana a la unidad.Estas enzimas son inducibles, porque su actividad puede aumentarse por la acción de diversas hormonas como la tiroxina o los glucocorticoides.Las transaminasas necesitan una coenzima llamada piridoxal fosfato (derivado de la piridoxina o vitamina B6) para ejercer su función; actúa como transportador del grupo amino entre los sustratos, alternando su estructura entre la forma aldehídica (piridoxal fosfato, PLP) y la forma aminada (piridoxamina-5-fosfato, PMP).Las principales aminotransferasas son las hepáticas como: La concentración de estas transaminasas en el plasma sanguíneo se eleva en diversas enfermedades.La transaminación consiste en transportar un grupo α-amino desde un α-aminoácido donador, al carbono ceto de un α-cetoácido receptor.[4]​ Este proceso tiene lugar en dos etapas[5]​ y lo catalizan las aminotransferasas específicas de cada sustrato.a) En la primera etapa un α-aminoácido que actuará como donador transfiere el grupo α-amino a la enzima transaminasa, produciendo el correspondiente α-cetoácido y la enzima quedará aminada.(Véas imagen: Primera etapa de la transaminación) b) En una segunda etapa, el grupo amino se transfiere al α-cetoácido aceptor (α-cetoglutarato, piruvato u oxalocetato) formando un nuevo aminoácido y regenerando la enzima.Se trata de: alanina, asparagina, aspartato, cisteína, glutamato, glutamina, glicina, prolina, serina y tirosina.La transaminación de fenilalanina da como producto el ácido fenilpirúvico, que se reduce a fenilacetato y fenilactato.Los aminoácidos únicamente cetogénicos son solos dos; la lisina y la leucina que dan como producto acetil-CoA o acetoacetil-CoA, de los cuales no se puede producir glucosa.Los aminoácidos isoleucina, fenilalanina, treonina, triptófano y tirosina pueden dar productos precursores tanto de la glucosa como de los ácidos grasos; por eso se les clasifica como glucogénicos y cetogénicos.La elevación de transaminasas es un proceso muy inespecífico que puede ocurrir en casi todas las enfermedades hepáticas y en numerosas extrahepáticas.[3]​ Los niveles de transaminasas en sangre se utilizan como indicador para detectar posibles patologías en las funciones del hígado.Tanto la AST como la ALT están presentes en el suero en concentraciones inferiores a 30-40 Ul/l,[9]​ pero si el hígado está dañado, la permeabilidad de la membrana celular aumenta y estas enzimas son liberadas a la sangre en grandes cantidades, hecho que no siempre se asocia con necrosis de los hepatocitos.Prácticamente cualquier enfermedad hepática que comporte un daño necroinflamatorio puede ser la causa.[3]​ Por este motivo se realizan las llamadas pruebas de función hepática, que incluyen fosfatasa alcalina (FA), gamma glutamil transpeptidasa (GGT), albúmina, bilirrubina (total y directa) y estudio de coagulación.Si un paciente presenta hepatitis aguda, se considera primeramente que esta sea debida a un consumo de alcohol, una ingesta de medicamentos o un origen vírico, por lo que se utilizan los marcadores serológicos de infección viral por virus hepatotrópicos clásicos (anticuerpo anti-HA IgM, HBs Ag, anticuerpo anti-HBc IgM y anticuerpo anti-VHC).Si estas pruebas son negativas, se pasa a realizar otras para descartar causas más inusuales de hepatitis aguda, enfermedades hepáticas crónicas (sobre todo enfermedad de Wilson y hepatitis autoinmune) o patología biliar, por lo que se realiza una ecografía abdominal.[3]​ Las causas hepáticas pueden ser un abuso de fármacos, hepatitis crónica B, esteatosis hepática y esteatohepatitis no alcohólica, hepatitis autoinmune, hemocromatosis, Enfermedad de Wilson, déficit de Alfa 1-antitripsina, aunque las más frecuentes son el abuso de alcohol, esteatosis y la hepatitis por el virus C.[9]​ Las causas no hepáticas son la enfermedad celíaca, enfermedades hereditarias del músculo, enfermedades musculares adquiridas, ejercicio extenuante, patología tiroidea y suprarrenal y enfermedad inflamatoria intestinal crónica.[9]​ Si el paciente consume alcohol de manera habitual o es obeso será necesario que cambie sus hábitos durante este período y si este consume algún tratamiento farmacológico deberá retirarlo siempre que sea posible.(Ver esquema: Hipertransaminasemia prolongada) Si aun así todavía no se dispone de un diagnóstico se tendrá en cuenta que enfermedades no hepáticas puedan ser la causa.Si tampoco se detecta la causa, será necesario un seguimiento clínico y analítico.
Aspartato aminotransferasa de E. coli con el cofactor piridoxal-5'-fosfato
Unión de la coenzima PLP, que se modifica a piridoxamina-fosfato, al amino épsilon de un residuo de lisina de la enzima transaminasa
Primera etapa de la transaminación
Primera etapa de la transaminación
Segunda etapa de la transaminación
Segunda etapa de la transaminación
Pruebas de laboratorio que pueden identificar la causa de la hipertransaminemia
Hipertransaminasemia aguda
Hipertransaminasemia prolongada