Grandes cantidades de rafidios se encuentran en la planta venenosa Dieffenbachia.
También se encuentran en el ruibarbo (especialmente en las hojas), varias especies de Oxalis, Araceae, taro, agaves, y otras.
Estos cristales en forma de agujas producen dolor e hinchazón al tomar contacto con los labios, lengua, mucosa oral, conjuntiva o piel.
Dependiendo de la planta ingerida, los efectos pueden ser suaves [Oreja de elefante (Xanthosoma sagittifolium), taro (Colocasia esculenta)] o graves (Arisaema), comprometiendo las vías respiratorias.
Una mordedura en la vaina de la semilla del Arisaema producirá hinchazón y ardor inmediatos.