Oligoelemento

Algunos son parte integral de los centros catalíticos en los que suceden las reacciones necesarias para la vida.

[5]​ Los siguientes elementos son considerados como oligoelementos: Para otros elementos, como el litio, el estaño o el cadmio, su esencialidad no está totalmente aceptada; incluso de la anterior lista no está clara la esencialidad del bromo y el boro.

En orden de abundancia (en peso) en el cuerpo humano: azufre, potasio, sodio, cloro y magnesio.

De esta manera, se manifiesta la gran importancia que tiene el cobalto para la maduración y el crecimiento celular.

Así mismo, la vitamina B12 parece mejorar la absorción del yodo por la glándula tiroides.

De esta manera, el hierro no puede depositarse en la hemoglobina sin el concurso del cobre.

No obstante, nuestras necesidades diarias se ven satisfechas gracias a una dieta variada compuesta de frutas, verduras, cereales o productos cárnicos.

El cromo tiene mucha relación con la insulina, una hormona segregada por el páncreas, ayudando a mantener el nivel de azúcar en la sangre.

Por esta razón, el cromo también desempeña un papel muy importante con respeto al nivel de colesterol en la sangre.

Asimismo, se considera que el cromo interviene en el crecimiento del feto, y tiene una influencia decisiva en la córnea ocular.

La glándula tiroides, el sistema nervioso central, el control de la temperatura corporal y las defensas frente a los microorganismos no pueden funcionar sin el hierro.

Es un componente de los huesos, es el pigmento que une al calcio, magnesio y fósforo.

Debido a su propiedad neutralizante, tiene una acción favorable sobre el sistema inmunológico en nuestras defensas ante infecciones y alergias.

No se conoce con exactitud la cantidad diaria precisa de este oligoelemento.

Pero se piensa, no obstante, que un aporte diario entre los 150 y los 500 microgramos resulta suficiente.

Se cree que el aporte diario de un adulto podría oscilar entre 0.2 y 0.9 miligramos.

En unión con la vitamina E, ayuda al cuerpo a eliminar elementos tóxicos como el plomo, cadmio y mercurio.

Es utilizado por la glándula tiroides para fabricar la tiroxina u hormona tiroidea, que es un aminoácido descubierto por Kindall y de cuya molécula forma parte el yodo.

Por escasez de yodo, esta glándula no puede sintetizar dicha hormona, la cual desempeña una importante función en el desarrollo del organismo, por una parte, y, por otra, en la regulación del metabolismo, en otras palabras, el conjunto de intercambios físicoquímicos necesarios para la oxidación celular, la combustión, la desintoxicación y la circulación a nivel de los tejidos del organismo.

Por su parte, la glándula tiroides interviene en el proceso de transformación en la mucosa intestinal del caroteno en vitamina A.

El zinc mejora las propias defensas del organismo, en especial a medida que envejecemos.

Reacciona con metales pesados como el cádmico, el plomo o el mercurio, con la que anula su toxicidad.

Recientemente se han descubierto algunos datos curiosos sobre su gran importancia en las funciones cerebrales.

Las necesidades del organismo humano en lo que respecta al zinc se sitúan en alrededor de 15 miligramos para adolescentes y adultos.