El proceso de fabricación consta de los siguientes pasos: La caña que llega a la fábrica, se pesa y luego se descarga sobre las mesas con grúas.
Los sólidos decantados pasan a los filtros, trabajan y están recubiertos con finas mallas metálicas que dejan pasar el jugo, pero retienen la cachaza, que puede ser usada como abono.
En este paso se le extrae el 75 % del contenido de agua al jugo, para obtener el producto o meladura.
El líquido sale por la malla y Las mieles vuelven a los tachos, o bien se utilizan como materia prima para la producción de alcohol etílico en la destilería.
Mediante la refinación, se eliminan las materias inorgánicas que el licor pueda contener.