Su forma cónica, cóncava-convexa, es la que le da nombre, porque recuerda a una mama o «tetilla»; esta forma le viene dada por los embudos en los que se deja cuajar la leche al inicio de su elaboración, característica que comparte con otras especialidades queseras gallegas, como el queso de San Simón.
Con la fiesta del queso, este tipo de queso, al igual que otros tipos de Galicia, han ido cobrando fuerza y protagonismo.
El Queso Tetilla se elabora con la leche de las vacas que pacen en la cordillera costera.
La leche se cuaja y calienta entre los 28 y los 32 °C, adicionando en este proceso cuajo natural, la masa se corta en grano grande y una vez está firme éste, se llenan los moldes o cuncas, que son ligeramente prensados para que el suero se expulse, el proceso finaliza con el salado de las piezas en la salmuera.
Puede ser comido tal cual o, debido a su textura, untado en unas tostadas.