Generalmente, el término café con leche lleva implícito también el tamaño de la taza que se usa, la cual suele ser grande, entre 200 y 250 ml (esta taza en algunos países es llamada también de desayuno).
Desde la invención del café soluble es muy común que este sea utilizado como sustitución.
En la actualidad lo más habitual es preparar el café con una cafetera para luego servirlo en una taza y mezclarlo con leche a gusto del consumidor, finalmente se endulza con azúcar.
Otra forma de preparar el café con leche es, agregar a la leche hervida o caliente cierta cantidad de café molido y esperar que este se disuelva.
También se puede elaborar disolviendo leche en polvo en café expresso, de esta forma queda más cremoso.