También existen versiones modernas, normalmente caseras, en las que el relleno puede ser una crema diferente, una espuma de requesón (mató) o de yogur con miel, o incluso helado.El tortel de San Antonio también contiene sorpresas escondidas: un haba y un animal.En Francia es costumbre que el más pequeño de la casa, desde debajo de la mesa, vaya diciendo a quién corresponde cada parte del pastel.Además, se debe cortar en tantas partes como invitados más una, que sería la parte destinada al primer pobre que se presentaría en la casa.El Costumari Català explica[2] que no todo el mundo podía ir a la adoración y por eso en el tortel de reyes se ponía un haba seca: quien la encontraba era nombrado rey, calificado como el «rey del haba», y era quien iba a la función de la iglesia en representación de la familia y adoraba al nacido en Belén.