[6] Actualmente se las considera poco más que leyendas sin base, cuyo propósito habría sido legitimar la iglesia hispana con una mayor proximidad apostólica, en un afán por mantener su independencia frente a Roma.
Los núcleos pirenaicos (Navarra, Aragón y los condados catalanes) dependían más estrechamente del Imperio carolingio, tanto en el aspecto político (relaciones de vasallaje) como en cuestiones eclesiásticas.
Al tiempo que las casas reales emparentaban con la realeza europea (sobre todo con la Casa de Borgoña), fueron llegando clérigos franceses para ocupar las nuevas sedes reconquistadas, sobre todo en Castilla: (Bernardo de Cluny en Toledo, Bernardo de Agén en Sigüenza...) El clero, convertido en una estructura jerarquizada siguiendo la cadena del vasallaje, funcionaba como un estamento privilegiado paralelo a la nobleza, con la que mantenía vínculos inseparables.
Las más importantes fundaciones fueron los monasterios de Lupiana (Guadalajara), El Parral (Segovia), Guadalupe y Yuste (ambos en Cáceres).
El antisemitismo funcionó eficazmente al aportar un cómodo chivo expiatorio de las tensiones sociales producidas por la crisis del siglo XIV.
Sin embargo, mediado el siglo XVI esa precoz secularización parece muy lejos de la realidad histórica española, en la que los asuntos religiosos seguían teniendo un violentísimo protagonismo.
Su mayor carencia fue su incapacidad para incluir la revolución científica (que tampoco tuvo acogida en sus inicios en las universidades europeas, sino en otras instituciones).
No hay nada en estas propuestas que sea claramente luterano, al menos a primera vista".
El papel del confesor trasciende su labor espiritual para convertirse en un orientador vital en todos los aspectos materiales, tanto personales (médicos, psicológicos) como sociales (económicos, educativos, incluso legales).
La jerarquía intentó controlar los excesos más evidentes, a veces impidiendo ritos propiciatorios ancestrales (los goigs catalanes que recordaban a divinidades paganas, las procesiones excesivamente supersticiosas en petición de lluvia o contra las epidemias o la langosta) y reprimiendo el carnaval.
Todo ello con poco éxito: ante el riesgo de tormentas que amenazaban una próxima cosecha, los párrocos no podían resistirse a la presión popular que les exigía subirse a los conjuratorios de las torres para espantar el nublado.
En ella se solicitaba que los monasterios, iglesias y personas eclesiásticas no puedan comprar ni heredar bienes raíces, lo que fue concedido por Carlos V, aun previendo la confirmación del Papa, pero no tuvo cumplimiento, reiterándose en cortes sucesivas, y recibiendo la negativa de Felipe II a hacer novedad en ese asunto.
La ejecución en la práctica de ese mandato dio lugar a instituciones controvertidas: las encomiendas, que significaron una verdadera catástrofe humana en las islas del Caribe.
La reorganización institucional del protestantismo se ve favorecida por la confluencia de al menos tres vectores.
Con anterioridad, y vinculadas al exilio, se habían producido algunas conversiones —entre ellas, la de José María Blanco White—, numéricamente poco significativas.
Dos de ellas se refieren a misioneros extranjeros: la estadounidense Alice Gordon Gulick (1847-1903) y el alemán Federico Fliedner (1845-1901).
[97] La Iglesia protagonizó un espectacular resurgimiento en España en el último cuarto del siglo XIX, gracias a la actualización de su función social.
Estimulada por el papado, llevó a cabo un amplio programa de actuación social, sobre todo en educación y labor asistencial.
Aunque se extendieron por toda España, para 1900 estaba claro que solo tenían una presencia efectiva en zonas rurales, donde desarrollaron algunos proyectos cooperativos.
Con la creación del Ministerio de Instrucción Pública comenzó un enfrentamiento explícito entre los gobiernos liberales y la enseñanza religiosa.
El Estado, las regiones, las provincias y los Municipios, no mantendrán, favorecerán, ni auxiliarán económicamente a las Iglesias, Asociaciones e Instituciones religiosas.
Nadie podrá ser compelido a declarar oficialmente sus creencias religiosas.Las disposiciones relativas a la libertad religiosa y determinadas limitaciones previstas en la constitución (artículos 26 y 27) son interpretadas habitualmente en el sentido de que la Segunda República Española dispuso de una legislación claramente anticlerical.
La concesión del sufragio femenino en 1932 tuvo detractores desde ambientes progresistas por considerar que las mujeres votarían según la orientación de sus confesores (enfrentamiento entre Clara Campoamor y Victoria Kent).
Con la Persecución religiosa durante la guerra civil española llegó el martirio para no pocos de los dirigentes sindicales católicos que quedaron en la parte de España controlada por el bando republicano, cayendo Dimas Madariaga Almendros y su presidente Ricardo Cortés Villasana, ambos diputados.
Más tarde, el fundador sería beatificado (1999) y canonizado (2002) por Juan Pablo II, tras erigir a la Obra en una prelatura personal.
Al acabar la guerra se suprime la libertad de conciencia y el franquismo intenta borrar la memoria histórica del protestantismo español.
Se ha llegado a solicitar al Vaticano la constitución formal de una conferencia separada o Provincia Tarraconense para las diócesis catalanas, que suelen coordinarse entre sí.
No hay en España un debate similar al francés para la "multiculturalización" del calendario de fiestas.
En cambio el carnaval, considerado tradicionalmente como una "contrafigura" de la Semana Santa, se ha secularizado por completo.
Popular TV (del mismo grupo de comunicación que la COPE) y Trece han alcanzado hasta ahora una difusión limitada.