Mártires de Córdoba

Según el historiador francés Cyrille Aillet, la jerarquía eclesiástica mozárabe de la época, que mantenía una actitud conciliadora con el poder musulmán, rechazó conceder la calidad de mártires a algunos individuos que consideraba que no habían sido víctimas de ninguna persecución, sino que se habían inmolado al negarse a aceptar públicamente los dogmas del islam, mientras que a los mártires ejecutados por apostasía Eulogio y Álvaro los presentan como arrepentidos ejemplares, pero avergonzaban a dicha jerarquía.

En realidad esta teoría no ha sido muy aceptada [3]​ Tras la invasión musulmana de la península ibérica en el año 711 los cristianos de las zonas conquistadas se convirtieron en dhimmis o protegidos, término que englobaba a judíos y cristianos, los cuales, de acuerdo con el Corán, eran considerados «gente del Libro» por basar su fe en la Torá o en la Biblia entera, escritos considerados igualmente sagrados por el islam, lo que significaba que merecían protección y respeto por parte de los musulmanes, a diferencia de los paganos.

Los dhimmis estaban sujetos a una serie de leyes que les obligaban a pagar un impuesto especial, la yizia, y se les permitía practicar su fe siempre que no hicieran apología o dañaran al islam en modo alguno.

De este modo los insultos a la fe islámica se consideraban blasfemias y estaban penados con la muerte.

Esto incluía a los hijos de matrimonios mixtos que según la ley islámica se consideran automáticamente musulmanes.

Muchos cristianos mozárabes veían con preocupación cómo la población se iba arabizando e islamizando progresivamente.

Los martirios voluntarios solo fueron disminuyendo hasta desaparecer tras la ejecución del propio Eulogio que tuvo lugar en año 859.

En Oviedo se conservó un manuscrito de su Documentum martyriale tres libros del Memoriale sanctorum y el Liber apologeticus martyrum, que son los únicos escritos conservados de este clérigo, cuyos restos fueron trasladados a la capital asturiana en 884.

Treinta y cinco eran clérigos de distinto tipo, sobre todo monjes pero también diáconos y sacerdotes, el resto eran seglares salvo de Salomón, del que se ignora su condición.

Fue párroco en la aldea de Ananelos (seguramente el actual Hornachuelos) y fue arrestado por difamar a Mahoma.

A diferencia de los demás mártires no se sometió al martirio voluntariamente sino que fue delatado.

Su pública declaración de la fe cristiana les convirtió en apóstatas ante la ley islámica.

Tuvo una formación clásica y eclesiástica excelente reflejada en sus obras, las cuales constituyen una fuente informativa de enorme valor para el estudio del bajo latín.

Álvaro resistió a la persecución de Abderramán II y defendió sus creencias religiosas junto con San Eulogio.

Era un noble de Cabra y fue censor del emir Mohamed I.

Se le ofreció la posibilidad de retractarse y abrazar el islam, lo que rechazó, siendo ejecutado en 856.

Bajo presión renunció al cristianismo, aunque lamentó esta renuncia y siguió practicando su fe.

Santa Columba o Coloma era monja en el monasterio de Tábanos cuando este fue clausurado en 852.

Se le condenó por este hecho y por su activo proselitismo e incitación al martirio en 859.

Fue enviado a Córdoba para realizar estudios religiosos, ordenándose sacerdote en el monasterio de Peña Melaria.

Se encontraron en la iglesia de San Acisclo cuando Flora rezaba para soportar el martirio.

Gumersindo, de Toledo, era párroco y Servodeo o Servusdei monje.

Oyeron los dos santos la sentencia con inalterable firmeza, y dando gracias al Señor porque los hallaba dignos de padecer por su causa, entregaron sus cuellos al verdugo el día 13 de enero del año 852.

Sus cuerpos fueron sepultados secretamente en el mismo sitio en el que después se edificó la pequeña ermita de san Julián; su memoria fue desde luego tan celebre y venerada, que ya en la conquista de Toledo fueron invocados como santos por el rey don Alfonso el sexto.

Miembro de una próspera familia cordobesa y muy culto hablaba con soltura el árabe, lo que le valió para llegar a ocupar el cargo de kâtib adh-dhimam o gran secretario del califa, lo que San Eulogio llamó exceptor rei publicae.

En un debate público en 851 denunció a Mahoma convirtiéndose así en el primero de los martirizados.

Sacerdote cordobés que fue ejecutado por difamar al islam y a Mahoma en 850.

Rodrigo era un sacerdote de Cabra que fue denunciado por su hermano musulmán que lo acusó falsamente de haberse convertido al islam y haberse retractado posteriormente, convirtiéndose así en apóstata.

Arca con las reliquias de los mártires en la Basílica de San Pedro , en Córdoba .
San Rodrigo en un cuadro obra de Murillo .