Huérfano de madre desde su nacimiento y falto del amor del padre, Cipriano contó, sin embargo, con el afecto de su nodriza Minervina, una relación que le sería arrebatada y que le perseguiría el resto de su vida.
Convertido en próspero comerciante, se puso en contacto con las corrientes protestantes que, de manera clandestina, empezaban a introducirse en la Península.
Pero la difusión de ese movimiento fue progresivamente censurada por el Santo Oficio.
El hereje, ambientada en el siglo XVI, es la novela más extensa de Miguel Delibes.
De hecho, se la dedica: «A Valladolid, mi ciudad».