Estudió dos años más en la Universidad de Évora, donde también se dedicó a la enseñanza.
Combatió el determinismo, con argumentos a favor del libre albedrío.
Sus mayores aportes en esta área se encuentran en su De Iustitia et Iure (3 tomos, aparecidos entre 1593 y 1600).
Su obra principal es Concordia del libre albedrío con los dones de la gracia, la presciencia divina, la providencia, la predestinación y la reprobación en relación a algunos artículos de la Primera Parte de Santo Tomás, publicada originalmente en latín en 1588, y conocida como La Concordia.
Respecto a los bienes naturales, considera que: "sería asombroso que hubiésemos sido creados con vistas a un fin natural y, sin embargo, no pudiéramos realizar ningún acto honesto con nuestras propias fuerzas y sólo con el concurso general de Dios."