La orden fue creada alrededor del año 1270 por el rey Alfonso X para la defensa naval de la Corona de Castilla.
Los hábitos de la orden eran una túnica negra y una capa roja con una estrella dorada, en cuyo interior se encontraban bordadas las armas de la Corona.
En Cartagena se encontraba la sede matriz de la orden, en un convento cisterciense que fue mandado construir por el rey y en el que expresó su deseo de ser enterrado a su muerte.
La orden fue puesta bajo la advocación de la Virgen del Rosell, talla medieval que se encuentra en Cartagena.
En el desastre perdieron la vida numerosos miembros de la Orden de Santiago, incluyendo a su maestre, que falleció varios días después del combate como consecuencia de las heridas recibidas.