La escultura responde al prototipo de tallas marianas sedentes típicas de los siglos XII y XIII: la Virgen aparece sentada en un trono sosteniendo una rosa en la mano derecha y con el Niño Jesús en su regazo.
La policromía original no se conserva, siendo la actual producto de sucesivos repintes en los siglos XVI y XVIII llegando a ser conocida como una virgen de tez negra.
Otra leyenda cuenta que su autor murió sin ver terminada su obra y unos ángeles la acabaron, las rosas se convertían en oro al ponerlas en su mano, que se volvía invisible en épocas de peligro y por ello nunca fue profanada.
De estas tradiciones también surge que su procedencia es bizantina, del siglo VI.
Algún autor ha atribuido también la famosa cantiga 100 "Santa María estrella do día" a la advocación de esta imagen.
La Virgen del Rosell celebra su festividad el segundo domingo de noviembre.
Durante la Semana Santa, la Cofradía del Socorro, constituida en la misma catedral antigua en que se encontraba la Virgen del Rosell, realiza durante su vía crucis una estación penitencial ante la talla de la antigua patrona.