Cuatro Santos de Cartagena

[1]​ En el siglo XVIII el franciscano Antonio Herráiz dijo que estos santos eran "Honra de Cartagena, gloria de España y esmalte de la fe católica" y el historiador Fernando Hermosino y Parrilla los calificó como las cuatro antorchas que iluminaron esa tierra.[1]​ Del documento De la educación de las vírgenes y del desprecio del mundo también se extrae que la familia hispanorromana y católica tuvo que abandonar Cartagena por la llegada de unos extranjeros, que pudieran ser los godos o los bizantinos.[1]​ En el mismo documento, se dice que la familia se trasladó cuando Florentina era muy pequeña e indica que Isidoro nació mucho después, porque era pequeño cuando su hermana ya era monja.Por todo ello, es muy posible que Isidoro hubiera nacido cuando la familia se encontraba ya en Sevilla.[1]​ Tras la muerte del padre, Leandro se encargó de sus hermanos menores.[2]​ El obispo Sancho Dávila Toledo inauguró un seminario en Murcia con el nombre de San Fulgencio en 1592.Posteriormente, se colocó un tríptico con pinturas de los cuatro santos atribuidas a Nicolás Villacís.[2]​ En el siglo XVIII las imágenes de los cuatro santos fueron incluidas entre los grandes intercolumnios del cuerpo bajo del nuevo imafronte catedralicio de Jaime Bort y Meliá.En el segundo cuerpo Pedro Pérez hizo los relieves con los bustos de los tres hermanos varones.[2]​ Para este retablo se realizaron dos nuevas estatuas de San Fulgencio y Santa Florentina, trasladándose las antiguas tallas a la sala capitular (pasando de ahí, probablemente, al museo catedralicio).Por esta época se popularizó colocar las imágenes de los cuatro santos en las casas, las calles y las plazas.Se decidió crear un nuevo retablo para la capilla mayor de este templo.Este fue diseñado por Ricardo Guardiola y se colocaron esculturas de estos cuatro santos realizadas por Pedro Barbará.[2]​ En el siglo XIX se construyó la nueva Basílica de la Caridad, diseñada por Tomás Tallaré.