Ley del candado

[2]​ Para fortalecer la posición del Estado, Canalejas se propuso reducir el peso de las órdenes religiosas mediante una ley que las tratara como asociaciones, excepto a las dos reconocidas en el Concordato de 1851.

Mientras las Cortes debatían la nueva ley, se aprobó en diciembre de 1910 una disposición transitoria y temporal conocida como "Ley del Candado" según la cual no se podrían establecer nuevas órdenes religiosas en España durante los dos años siguientes.

Pero la ley quedó prácticamente sin efecto al aprobarse una enmienda según la cual si pasados dos años no se había aprobado la nueva ley de asociaciones se levantaría la restricción.

Y eso fue lo que acabó sucediendo pues esa ley nunca vio la luz y el número de religiosos siguió creciendo.

A pesar de todo, Canalejas, devoto católico, fue considerado el enemigo de la religión católica, en un momento en que se vivía bajo la conmoción producida por la revolución portuguesa de 1910 que había acabado con la Monarquía y proclamado la Primera República Portuguesa.

Caricatura de Manuel Tovar Siles que muestra a Canalejas intentando sujetar al clericalismo (en forma de burro). El pie de imagen dice: «¡Eh, mi amigo! Hay que atarlo más corto ó acortarle la ración».