Escuela de Cristo
A finales del siglo XVIII había cuatrocientas las escuelas en España, Hispanoamérica, Roma y Marsella.[2] San Felipe Neri fundó el primer oratorio en 1575, cuando el papa Gregorio XIII donó a su comunidad la casa religiosa de Santa María in Vallicella (conocida como la Chiesa Nuova), en Roma, Italia.[4] Clemente IX había sido nuncio del papa en España y fue hermano de esta escuela.[2] La organización aumentó en España en la segunda mitad del siglo XX gracias a Francisco Sánchez Castañer, catedrático, y José María García Lahiguera, obispo auxiliar de Madrid-Alcalá.[1] Este aprendizaje o progreso se llevaba a cabo mediante catequesis, la asistencia a la eucaristía, la visita de enfermos o la caridad, pero siempre desde una visión discreta y desde la más absoluta reserva, evitando la exposición pública en sus celebraciones y acciones.Los territorios donde tuvo más implantación esta escuela fueron Andalucía, Badajoz, Murcia, La Rioja, Vizcaya y Guipúzcoa.[5] Los municipios españoles que tuvieron Escuela de Cristo en la primera congregación general o que se adhirieron a ella fueron: Albaida, Alcoy, Almáchar, Anguiano,[7] Cascante, Castellón, Dos Barrios, Dos Torres, Gandía, Gerona, Huércal-Overa, Huéscar, Laguardia, Los Arcos, Madrid, Montefrío, Murcia, Nava del Rey, Onteniente, Pamplona,[8] Palma de Mallorca, Puebla de Don Fadrique, Quesada, Sevilla, Sonseca, Tíjola, Uncastillo, Valencia, Villacarrillo y Los Yébenes.