La Basílica de San Vicente Mártir fue un templo cristiano-visigótico, edificado a mediados del siglo VI en el lugar que ocuparía posteriormente la actual Mezquita-catedral de Córdoba.
Tras la llegada del islam a la península, en el año 714 Muza estableció el reparto del conjunto basilical en el pacto de capitulación, por el que una parte se dedicó al culto islámico y en otra permaneció el culto cristiano, comprometiéndose a respetar la parte cristiana de la basílica mientras se pagasen los tributos exigidos.
Dicha convivencia fue difícil, y no siempre se respetó el compromiso.
Así, durante los conflictos entre yemeníes y muladíes en el año 748, las autoridades musulmanas emplearon la parte cristiana para el juicio y condena a muerte de los cabecillas de los yemeníes.
[1][2] El arqueólogo especialista en SIG, Raimundo Ortiz, que ha estado trabajando durante varios años en la Mezquita-catedral de Córdoba contratado por el Cabildo Catedral de Córdoba (órgano titular y gestor del monumento Mezquita-Catedral), dice que no ha hallado la basílica bajo la Mezquita, que su equipo no ha podido identificarla,[3] pero sí han hallado restos inequívocamente cristianos[4] y se ha certificado que los restos bajo el subsuelo son, según indica, de un complejo episcopal.