Juan de Valdés

Se le tiene por evangélico o protestante aunque, según Marcel Bataillon, murió «en el seno de la Iglesia católica».

Alcaraz fue arrestado por la Inquisición española en 1524 y en ese mismo año Valdés abandonó la corte del marqués.

[9]​ Sin embargo, lo cierto es que en esa obra hay numerosos textos del reformista Martín Lutero y sus seguidores traducidos y adaptados: No obstante, el texto de esta publicación había sido tan cuidadosamente medido para evitar suspicacias teológicas que incluso había sido expurgado meticulosamente por el canónigo doctor Hernán Vázquez; con el tiempo, el impresor sería también procesado por la Inquisición.

En 1534 marchó a Roma, pero en ese mismo año falleció su protector, el Médici Clemente VII, y le sustituyó Paulo III, un papa romano Farnesio, enemigo de esa estirpe florentina, por lo que al año siguiente Valdés marchó a Nápoles.

En los años que siguieron hasta su muerte, escribió copiosamente consideraciones piadosas, trabajos exegéticos, traducciones parciales de la Biblia y algunos diálogos destinados a aclarar conceptos y ampliar las conversaciones que tenía con los adeptos a sus doctrinas religiosas en la tertulia que mantuvo en su casa, un verdadero círculo de reformistas y religiosos iluminados.

Todos esos trabajos manuscritos fueron conservados y transmitidos por la más famosa de sus discípulas: Giulia Gonzaga.

Pero los más destacados fueron Pietro Carnesecchi, Marcantonio Flaminio, Mario Galeota —amigo de Garcilaso— y la ya citada Giulia Gonzaga.

Pero el hecho es que se le estaba preparando un segundo proceso inquisitorial, frustrado, pero no detenido con este temprano fallecimiento, ya que una bula de 1542 provocó la diáspora de los valdesianos más poderosos (Pier Paolo Vergerio, Pietro Martire Vermigli, Bernardino Ochino) y el procesamiento de otros (entre ellos Pietro Carnesecchi, que terminó en la hoguera en 1567).

Su ideal era el lenguaje limpio, tal y como se manifiesta en el pueblo combinado con la cultura de la corte.

Por lo tanto, ya adelantaba el interés por la evolución de la norma entre los hablantes y no como meras desviaciones que deben ser corregidas.

Diálogo de la Doctrina christiana , 1529.
Portada de la obra Diálogo de la lengua . Manuscrito custodiado en la Biblioteca Nacional de España .