Iglesia española reformada episcopal

[1]​ Se siente moralmente continuadora de la antigua Iglesia hispana,[1]​ y cuenta con su propia liturgia, cuyo oficio de Santa Cena está basado en la liturgia mozárabe o visigótica.

[3]​ La historia del protestantismo en España se remonta al siglo XVI, cuando varios creyentes españoles se sintieron plenamente de acuerdo con los planteamientos de la Reforma Protestante iniciada por Martín Lutero en Alemania.

El primer protestante español que tuvo contacto con la incipiente reforma del anglicanismo fue Francisco de Encinas, quien había conocido la doctrina protestante en los Países Bajos; posteriormente, había estudiado en Wittenberg y vivido en casa de Philipp Melanchthon, donde tradujo el Nuevo Testamento al idioma castellano.

Más tarde se refugió en Basilea, hasta que en 1548 marchó a Inglaterra en compañía de su esposa.

Al igual que su compañero Casiodoro de Reina salió huyendo hacia Ginebra, aunque tampoco pudo permanecer allí mucho tiempo.

Allí Teodoro de Beza fue su maestro, haciéndose al mismo tiempo amigo suyo.

Hacia 1869 se reúne en Sevilla una asamblea general formada por delegados de distintas congregaciones entonces ya existentes en el territorio español, los protestantes españoles declararon su intención de organizar una comunidad reformada unida para todo el país, pero la intención no se pudo concretar debido a las diferencias con respecto a su organización: por un lado el modelo presbiteriano-congregacionalista y la postura de aquellos que deseaban una confesión de gobierno episcopal.

Debido a estás diferencias de organización surgieron dos denominaciones protestantes de corte histórico en España, la IERE ("Iglesia Evangélica Reformada Episcopal") y la IEE "Iglesia Evangelica Española".

Junto a otros colaboradores, se concretó una misión entre españoles y para españoles, en la que se establecían dos objetivos: predicar la visión protestante de la Palabra de Dios y dar instrucción secular a todos.

En 1870 también existía una congregación «reformada» en Sevilla, fundada y pastoreada por Juan Bautista Cabrera, ex sacerdote escolapio que se había refugiado en Gibraltar hasta la Revolución de 1868.

Esta comunidad y la misión iniciada por Palomares realizaban sus trabajos en Sevilla con total independencia, sin más conexión entre ellas que la fraternidad cristiana.

La obra supervisada por Palomares quedó definida bajo el nombre de «Iglesia Española Reformada Episcopal» (IERE).

Este nombre da a entender que, desde el principio, esta comunidad tuvo un corte netamente protestante, lo cual siempre constituyó un problema para todos los anglicanos españoles que se sentían más atraídos hacia la tendencia de «Alta Iglesia» o High Church.

En noviembre de 1874 Juan Bautista Cabrera se trasladó a Madrid para hacerse cargo de la Iglesia evangélica del Redentor, cuyo pastor, Antonio Carrasco, había fallecido en un naufragio algunos meses antes.

Esta fue la antigua liturgia empleada por la iglesia católica en la época del dominio visigodo, con influencias orientales, romanas e incluso musulmanas; en la celebración de la Eucaristía, se recitan nueve oraciones, se leen tres pasajes de los Evangelios y la comunión se administra bajo las dos especies de pan y vino.

Sin embargo, a finales del siglo XIX se solicitó al papa León XIII desde diversas instancias que efectuara un pronunciamiento magisterial al respecto, por lo que este mandó estudiar el asunto a una comisión consultiva compuesta por ocho teólogos bajo la dirección del cardenal Mazzella.

En los años sucesivos, se pronunciaron en el mismo sentido las iglesias de Jerusalén y Chipre[11]​ (1923), Alejandría (1930) y Rumanía (1936), aunque, como explica el obispo ortodoxo griego de Gran Bretaña Kallistos (Timothy) Ware en su libro La iglesia ortodoxa, «ninguna de estas iglesias parece haberle dado efectos prácticos a este reconocimiento», por lo que «los clérigos anglicanos admitidos al sacerdocio ortodoxo siempre han sido reordenados».

Por su parte, la Iglesia Ortodoxa Rusa, que es la que cuenta con mayor número de fieles, llegó a una conclusión negativa en 1948: «la Iglesia Ortodoxa no puede reconocer la rectitud de las enseñanzas anglicanas en lo que respecta a los sacramentos en general y al sacramento del Orden en particular; por ello, no puede reconocer la validez de las ordenaciones anglicanas».

Interior Catedral del Redentor
Interior de la Catedral del Redentor.
Exterior de la Catedral del Redentor, en Madrid , la única catedral de la Iglesia Española Reformada Episcopal.
Placa en el interior de la Catedral del Redentor.