Comunión anglicana

[1]​ La condición de estar en plena comunión significa que todos los ritos efectuados en una Iglesia son reconocidos por la otra.

Aunque no se consideren miembros, algunos cuerpos no anglicanos (ni por origen ni por tradición) han entrado en comunión con la Comunión anglicana en su totalidad o con alguna de sus Iglesias constitutivas en particular.

Estos artículos, aunque nunca vinculantes, han tenido gran influencia en el ethos de la Comunión anglicana, un ethos reforzado por su interpretación y extensión a manos de tempranos e influyentes teólogos, tales como: Richard Hooker, Lancelot Andrewes, John Cosin, y otros.

Esos cuatro principios son: La Comunión anglicana no tiene ninguna organización jurídica internacional.

No se ha expulsado ni suspendido a estas provincias, puesto que no existe ningún mecanismo en esta asociación voluntaria para suspender o expulsar a una provincia independiente de la Comunión.

Aunque nunca se disolvió formalmente, sin embargo, todas las actividades habían terminado en 1958.

Sin embargo, la enorme expansión del Imperio británico durante los siglos XVIII y XIX llevó a la Iglesia consigo.

En aquella misma época, los países que seguían siendo colonia británica conservaban sus vínculos con la Corona.

En 1787 se nombró a un obispo de Nueva Escocia con jurisdicción extraordinaria sobre toda la Norteamérica británica; al mismo tiempo se designaron varios otros obispos en ciudades del actual Canadá.

Así, un obispo colonial anglicano y su diócesis poseían una naturaleza jurídica completamente diferente de sus contrapartes en la metrópoli.

Algunos obispos estuvieron inicialmente poco dispuestos a concurrir, temiendo que la reunión se declarase un consejo con poder legislativo para la Comunión anglicana; pero estos temores se disiparon con el tiempo y al aprobarse resoluciones de tipo sólo consultivo.

Estas controversias han sido generalmente de dos tipos: litúrgicas y sociales.

Más recientemente, los desacuerdos con respecto a la homosexualidad han tensado la unidad de la Comunión así como sus relaciones con otras denominaciones cristianas.

De manera simultánea a los debates sobre teología social y ética, la Comunión ha debatido la revisión del Libro de Oración y los fundamentos para lograr la comunión plena con Iglesias no anglicanas.

Los cuatro puntos (suficiencia de la Escritura, los credos históricos, los dos sacramentos dominicales y el episcopado histórico) fueron propuestos como base para la discusión, aunque fueran con frecuencia tomados como línea de fondo no negociable para el reencuentro.

El segundo ámbito fructífero de preocupación ecuménica ha sido con la Iglesia católica.

La hostilidad a largo plazo entre estas dos comuniones ha minado las perspectivas de diálogo.

La "emancipación" católica en el Reino Unido alivió un poco la tensión, pero la respuesta de Roma al Cuadrilátero Chicago-Lambeth, articulada en la bula papal de 1896 "Apostolicae Curae", declaró las órdenes anglicanas como nulas y sin valor legal.

El acercamiento se logró finalmente en 1966, con la visita del arzobispo Michael Ramsey al papa Pablo VI.

Al año siguiente, se estableció la Comisión Internacional Anglicana-Católica Romana (ARCIC por sus siglas en inglés: Anglican-Roman Catholic International Commission).

Su primer proyecto se centró en la autoridad de las Escrituras, y la Comisión ha producido desde entonces nueve declaraciones concordadas.

La primera fase de la ARCIC terminó en 1981 con la publicación del informe final: "Aclaraciones sobre la Autoridad en la Iglesia" (Elucidations on Authority in the Church).

Además, existe una jurisdicción de las Iglesias Anglicanas de Continuación denominada Comunión Anglicana Tradicional, que procura conseguir plena comunión con Roma reteniendo, no obstante, su fe y prácticas tradicionales.

Otro ámbito fructífero de diálogo ecuménico se ha dado con varias Iglesias luteranas.

El diálogo con Iglesias protestantes además de las luteranas ha dado igualmente buenos resultados.

La cátedra de san Agustín , trono episcopal en la Catedral de Canterbury , en Kent , sede del arzobispo de Canterbury en su papel de cabeza de la Comunión anglicana.
Mapa de las provincias de la Comunión anglicana
Iglesias miembro de la Comunión de Porvoo