Sucesión apostólica

Esta doctrina de los obispos como sucesores de los apóstoles, los cuales a su vez habían sido elegidos y configurados por el mismo Cristo, es formulada por primera vez por san Clemente a finales del siglo I.

Sería muy largo en un escrito como el presente enumerar la lista sucesoria de todas las Iglesias.

A él le sucedió Anacleto, y después de éste, en el tercer lugar a partir de los apóstoles, cayó en suerte el episcopado a Clemente, el cual había visto a los mismos apóstoles, y había conversado con ellos; y no era el único en esta situación, sino que todavía resonaba la predicación de los apóstoles, y tenía la tradición ante los ojos, ya que sobrevivían todavía muchos que habían sido enseñados por los apóstoles (...) A Clemente sucedió Evaristo.

(...) Es necesario obedecer a los presbíteros de la Iglesia, aquellos que, como hemos mostrado, pertenecen a la sucesión de los apóstoles (...) Pero los demás, aquellos que no tienen parte en la sucesión primigenia, se reúnan donde se reúnan, son para ser tenidos bajo sospecha.

La Iglesia anglicana y luterana reclaman tener sucesión apostólica, aunque la Iglesia católica no la reconoce como válida, a diferencia de la sucesión reclamada por los ortodoxos y los coptos.

Cabe mencionar que, según la ley canónica y la generalidad de los teólogos conservadores, esta sucesión solamente tiene validez entre varones, por la naturaleza misma del sacramento del Orden, causa principal por la que algunas iglesias partidarias de esta doctrina han experimentado en las últimas décadas fuertes conflictos debido a la ordenación episcopal de mujeres, tal como ocurre entre los anglicanos.

Ordenación episcopal: Consécration de Déodat , pintura de Claude Bassot (1620)
Matías el Apóstol quien reemplazó a Judas Iscariote parado con el Papa
Obispos y sacerdotes católicos en Hong Kong .