[4] Recibe la invitación a asistir por Heleno de Tarso.
[1] Le tocó vivir dos persecuciones en la Iglesia de Capadocia.
[7] Ante dicho problema, no cesaron las acusaciones en contra de Firmiliano y Heleno, que encontraron eco en el Papa Esteban (254-257), que tendía también hacia los novacianos e hizo saber en una carta que excluía a ambos Obispos de su comunión.
[1] Participó en el sínodo de Iconio (no antes del 230), en el que los Obispos de Galacia, Cicilia y otras provincias vecinas decidieron se mantuviera el uso de rebautizar a los montanistas cuando pasasen a la Iglesia.
[2] Dicha cuestión lo lleva a criticar vivamente al papa Esteban y rechaza su opinión con insólita vehemencia y aspereza,[2] e incluso lo compara con Judas.