[1] En la Edad Media, la expresión era un término despectivo para herejes o grupos religiosos que se reunían fuera de la iglesia oficial.
Esta ley fue parte del Código Clarendon, nombrada así por Edward Hyde, primer conde de Clarendon, que tenía por objeto desalentar el inconformismo y fortalecer la posición de la iglesia establecida.
En Finlandia, el conventículo mantuvo la actividad básica sobre todo en el movimiento revivalista del despertar finés.
Philipp Jakob Spener mencionó a este tipo de asociaciones en su Pia Desideria, y fueron la base del movimiento evangélico luterano pietista alemán.
[6] El primer conventículo conocido data en 1661, fundado por el teólogo de la Iglesia Reformada Theodor Undereyck, extendiéndose por toda Alemania rápidamente, a menudo dirigidas por artesanos, viejos soldados u otros hombres de clases medias y bajas.