Si bien hoy en día no son solo conocidas en todo el mundo por su importancia general para la comunidad musulmana, sino también como muestras de la arquitectura islámica.
[1] Durante mucho tiempo, e incluso en la actualidad, se ha asociado a las mezquitas con grandes entradas y altas torres, o minaretes.
Las mezquitas evolucionaron considerablemente en los siguientes mil años, en los que fueron adquiriendo sus rasgos distintivos y se adaptaron a diferentes entornos culturales de todo el mundo.
La Masŷid al-Ḥaram fue ampliada y mejorada considerablemente en los primeros siglos del Islam para acoger al creciente número de musulmanes que vivían en la región o cumplían el haŷŷ, peregrinación anual a La Meca.
[5] A medida que los musulmanes fueron extendiéndose por otras partes del mundo se fueron construyendo mezquitas fuera de la península arábiga.
Los mogoles trajeron consigo su propia forma de arquitectura, que incluía cúpulas puntiagudas y bulbosas, como se ve en la Jama Masjid, situada en Delhi.
[11] Las mezquitas aparecieron por primera vez en el Imperio otomano (que coincide parcialmente con la actual Turquía) durante el siglo XI, cuando muchos turcos en la región empezaron a convertirse al Islam.
Los otomanos mantuvieron sus propios diseños de tradición arquitectónica romana para las mezquitas, caracterizados por enormes cúpulas centrales, alminares múltiples y fachadas abiertas.
El estilo otomano de las mezquitas incluía generalmente elaboradas columnas, naves y altos techos en el interior, al tiempo que incorporaba elementos tradicionales, como el miḥrāb.
Las mezquitas se fueron difundiendo gradualmente por diferentes partes de Europa, donde aumentaron especialmente durante el siglo XX, cuando numerosos musulmanes emigraron al continente.
Sin embargo, se pueden encontrar varias mezquitas pequeñas en muchas regiones rurales y suburbanas en todos los lugares de Europa en que hay población musulmana.
En algunos casos se fundaron mezquitas en lugares de santuarios cristianos o judíos asociados con personalidades bíblicas que eran también reconocidas por el islam.
[19] En la mezquita tienen lugar también las oraciones funerarias por los musulmanes difuntos (ṣalātu l-ŷanāza), en los que participan todos los miembros de la congregación, incluido el imán.
En las mezquitas, especialmente en las situadas en países de mayoría musulmana, se llevan a cabo también rezos en el exterior, en grandes patios y plazas.
[19] Esa noche, entre el ocaso y el amanecer, varios predicadores instruyen en la fe islámica a los fieles que se encuentran presentes.
Ya que las mezquitas son el centro de las comunidades musulmanas, allí es donde fieles dan o, si lo necesitan, reciben el zakat.
[26] Las mezquitas construidas más recientemente, especialmente en los países donde los musulmanes no son mayoría, tienden a estar lejos del centro de las principales ciudades.
[28] La relación entre puntos de vista políticos y asistencia a las mezquita todavía existe también en otras partes del mundo.
En dichas mezquitas uno o más iwanes miran hacia el patio central que se usa como sala de oración.
A menudo ubicadas directamente sobre la sala de oración principal, pueden representar las bóvedas del ŷanna (paraíso) y el cielo.
[51] Los congregantes realizan sus plegarias en filas perpendiculares a la alquibla y se sitúan de modo que sus cabezas queden orientadas hacia La Meca.
[54] En las mezquitas construidas y mantenidas por el gobierno, el gobernante designa al líder del rezo;[54] en las privadas, sin embargo, se elige mediante una votación entre los miembros de la congregación.
Algunas mezquitas extienden esta prohibición a otras partes del recinto, aunque no estén dedicadas al rezo.
Varias mezquitas requieren que las visitantes no musulmanas usen una bufanda para cubrirse la cabeza al estilo de la hiyab islámica.
Las vestiduras del Medio Oriente generalmente asociadas con el islam árabe no son necesarias, aunque varios musulmanes, independientemente de sus raíces étnicas, las usan en ocasiones especiales y para rezar en las mezquitas.
Las grandes muchedumbres que se reúnen en la Masŷid al-Ḥaram en La Meca, especialmente durante el peregrinaje anual, a menudo tienen como consecuencia una mezcla involuntaria entre ambos sexos.
El decimoséptimo versículo del noveno capítulo prohíbe a aquellos que asocian dioses con Alá (politeístas) entrar en las mezquitas: El vigésimo octavo versículo del mismo capítulo es más específico, y solo menciona a los politeístas en relación con la mezquita sagrada, la Masŷid al-Ḥaram en La Meca: Según Ahmad ibn Hanbal, estos versículos fueron seguidos al pie de la letra en tiempos de Mahoma, cuando todavía se autorizaba la presencia de judíos y cristianos, considerados monoteístas, en la Masŷid al-Ḥaram.
Sin embargo, posteriormente, el califa omeya Umar ibn Abd al-Aziz prohibió a todos los no musulmanes entrar en las mezquitas, y su mandato permaneció en vigor en Arabia Saudita.
Se espera que todos los visitantes, sin importar su afiliación religiosa, respeten las reglas y el decoro de las mezquitas.
El viajero alemán Carsten Niebuhr escribió que en el Egipto del siglo XVIII judíos y cristianos debían desmontar ante varias mezquitas para demostrar reverencia a su santidad.