San Justino Mártir describe la liturgia romana de mediados del siglo II.
Posteriormente el papa Pío XII revisó las ceremonias de Semana Santa y ciertos aspectos del Misal romano en 1955.
El nuevo Misal romano, publicado en 1970 y que en 2002 llegó a la tercera edición, tiene como título Missale Romanum ex decreto sacrosancti oecumenici concilii vaticani II instauratum y ya no Missale Romanum ex decreto sacrosancti concilii tridentini restitutum.
Algunos cambios fueron un retorno a la forma pre-tridentina del rito romano, por ejemplo la forma del Ordo Romanus I de aproximadamente 700 d. C.[3][4] Entonces la misa romana aún no tenía las oraciones tridentinas al pie del altar, ni el "Último Evangelio", ni las declaraciones al "ofertorio", por lo tanto antes de la consagración, de ofrecer hanc immaculatam hostiam (todavía nada más que pan) y calicem salutaris (cuyo contenido seguía siendo vino).
[5] La fracción del pan se hacía al canto del Agnus Dei, seguida inmediatamente por la conmixtión y la Comunión, mientras que en la misa tridentina se hace durante la oración que sigue el Padrenuestro y después se rezan varias otras oraciones, entre ellas el Agnus Dei, antes de recibir la Comunión.