Todo ese material fue entregado a la comisión preparatoria sobre la liturgia, presidida por el cardenal Gaetano Cicognani y compuesta por 25 miembros y 37 consultores.
El texto además de las reformas propuestas, contenía un fundamento bíblico y patrístico que lo hacía especialmente rico.
[2] El texto recibió 360 propuestas por escrito y la discusión en aula se prolongó por 15 sesiones de la congregación general.
El 14 de noviembre se hizo una votación explorativa.
Por tanto, la comisión litúrgica comenzó a trabajar para introducir las enmiendas requeridas, trabajo que continuó durante el período entre la primera y la segunda sesión conciliar.