La edición actual del misal, publicada por el papa Pablo VI en 1970, junto con los demás libros litúrgicos promulgados tras el Concilio Vaticano II, es la única expresión de la lex orandi del rito romano.
No obstante, la actual normativa eclesiástica permite autorizar el uso de la liturgia romana anterior bajo ciertas condiciones.
Hubo pequeñas reformas a lo largo de los siglos hasta el Concilio Vaticano II, incluso durante este.
El trabajo del grupo se cristalizó en el texto conocido como Breve examen crítico del Novus Ordo Missæ o intervención de Ottaviani en el cual se enumeran metódicamente unas críticas al nuevo Ordinario de la misa (en latín novus Ordo Missae).
En respuesta se retocó ligeramente el texto de la Institutio Generalis Missalis Romani (Instrucción General del Misal Romano)[3] añadiendo una vez la palabra "sacrificio" para definir a la celebración y el término "transubstanciación" para designar a la consagración de la Eucaristía, la que fue incluida en la primera edición típica del Misal Romano revisado que apareció en 1970.