Los sacerdotes obreros son rehabilitados en 1965 después del Concilio y Loew trabaja en las favelas de São Paulo hasta 1969.[20] Desde la década de 1950, algunos cristianos brasileños empiezan a utilizar categorías marxistas, como el materialismo histórico, para analizar la sociedad.[28] Ese mismo año de 1955 se crea la revista Notas de Pastoral Jocista (cerrada por decisión del Arzobispo en 1958), en la que colaboraban teólogos como Lucio Gera y Héctor Mandrioni, vinculados al peronismo y al movimiento obrero.[31][32] Poco después el cura obrero francés Francisco Huidobro, del grupo Misión de Francia, sería elegido delegado sindical en la fábrica en la que trabajaba en Valentín Alsina, siendo despedido en 1965 por organizar una huelga.Participaron ochenta sacerdotes entre los que se encontraban Miguel Ramondetti (Movimiento Obrero Católico), Néstor García Morro, Manuel Artiles, Juan José Rossi, Carlos Mugica, Alejandro Mayol, Pedro Geltman.A partir de 1967 la revista se vinculó con el Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo y con las organizaciones guerrilleras Montoneros, Fuerzas Armadas Peronistas (FAR) y Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).Más de cuatrocientos sacerdotes integraron el MSTM, entre ellos los padres Miguel Ramondetti, Rodolfo Ricciardelli, Héctor Botán, Carlos Mugica -asesinado en 1974-, Elías Musse, Rubén Dri, Rolando Concatti, Rafael Yacuzzi, Jorge Adur, Jerónimo Podestá, Domingo Antonio Bresci, Alberto Carbone, Luis Farinello.Entre los obispos que avalaron tácito o explícitamente el movimiento se encontraban Guillermo Bolatti, Enrique Angelelli -asesinado por la dictadura en 1976-, Alberto Devoto, Jerónimo Podestá, Jaime de Nevares, Adolfo Tortolo y Vicente Zaspe.Las tres corrientes surgieron en América Latina más o menos al mismo tiempo y con relaciones mutuas.Apoya la experiencia del Movimiento Universitario de Promoción Comunal (MUNIPROC) y publica la revista Presbiterium.Enrique Dussel señala que la primera fue el libro Función de la Iglesia en la realidad rioplatense, del teólogo uruguayo Juan Luis Segundo, publicado en 1962.[57] El libro de Gutiérrez fue traducido al inglés en 1973 y para 1975 ya había alcanzado siete ediciones en varios países.[63] En Uruguay, el teólogo protestante Julio de Santa Ana, referente del movimiento Iglesia y Sociedad en América Latina (ISAL) fundado en 1961, publica su primer libro, Cristianismo sin religión.[75] En septiembre de 1973 se produjo un golpe de Estado en Chile instalándose una dictadura liderada por Pinochet que torturó, fusiló, asesinó o hizo desaparecer a varios sacerdotes, entre ellos el cura obrero Joan Alsina, Gerardo Poblete, André Jarlan, Antonio Llidó, Miguel Woodward y Wilfredo Alarcón.[83] Entre los trabajos publicados en el período se destacan Jesucristo liberador (1975) del sacerdote brasileño Leonardo Boff y Cristología desde América latina (1976) del sacerdote vasco radicado en El Salvador Jon Sobrino, ambos sobre una cristología elaborada desde la praxis histórica latinoamericana y la perspectiva de los pobres.[125] Con una orientación diferente, otros sectores de la Iglesia Católica, principalmente en la Iglesia latinoamericana, han adherido y adoptado sus principios, como lo hizo el Consejo Episcopal Latinoamericano, no sin tensiones internas, en las conferencias de Medellín (1968), Puebla (1979) y Aparecida (2007).[127] En 1988, el Documento de Santa Fe II propuso eliminar las táctica gramscianas para dominar la cultura, que en América Latina "implican un proceso para lograr una fuerte influencia en la religión, las escuelas, los medios y las universidades" y consideró que:[133] «A la espiritualidad, al modo de ser cristiano que surge en América Latina, le acompaña hoy la huella del martirio», dice el padre Gustavo Gutiérrez.[134] Dice Elina Vuola que «la profunda división dentro de la Iglesia fue evidente durante la propia Conferencia, y también se refleja en el documento final.[135] Ese mismo año el padre Leonardo Boff había sido nuevamente sancionado a permanecer en silencio y dejar de enseñar.[140] Al finalizar el siglo XX se generó un debate sobre la desigual memoria y valoración de los mártires cristianos.[152] Al solidarizarse con Sobrino, el teólogo Benjamín Forcano lamentó la persecución que el Vaticano estaba realizando contra teólogos como De Lubac, Danielou, Congar y Cheng, Ernesto y Fernando Cardenal, Leonardo Boff, Gustavo Gutiérrez, Hans Küng, Bernard Häring, Karl Rahner, Edward Schillebeeckx, Johann Bapotist Metz, Charles Curran o Giulio Girardi: «esa generación de teólogos fue brillante y maravillosa, -dijo entonces Forcano- fueron los que hicieron el Concilio Vaticano II».En los meses previos tanto en ámbitos católicos como protestantes ligados a la teología de la liberación se evaluaba con pesimismo el evento.[cita requerida] Apoyada a veces, criticada en otras ocasiones,[cita requerida] la teología de la liberación se ha dedicado a difundir el evangelio cristiano con un peculiar estilo al igual en países en desarrollo que en aquellos menos favorecidos en lo económico,[cita requerida] afirmando «la necesidad de conversión de toda la Iglesia para una opción preferencial por los pobres, con miras a su liberación integral».[123][126] En 2004 Gerhard Ludwig Müller y el padre Gutiérrez publicaron en alemán su libro en coautoría Pobre y para los pobres, que pasó relativamente desapercibido, aunque en 2012 Müller fue designado prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.La teología india se relaciona con las pastorales indígenas que tienen varias iglesias y movimientos religiosos.Otros exponentes destacados de esta corriente han sido los teólogos Leonardo Boff (brasileño),[209][210] Jon Sobrino (español),[211] Juan Luis Segundo (uruguayo),[212][213] Pablo Richard (chileno),[214] Elsa Támez (mexicana),[215][216] José Porfirio Miranda (mexicano),[217] Hugo Assmann (brasileño),[218][19] Pere Casaldáliga (español), Pedro Trigo SJ (español-venezolano).En realidad, está corriente argentina muestra un énfasis por el desarrollo de un análisis histórico-cultural (sin menospreciar el análisis socio-estructural), lo cual es contrario al análisis social marxista, que privilegia la infraestructura (relaciones sociales en sus estructuras productivas-económicas) como base de la superestructura (que contiene los aspectos culturales e ideológicos de las relaciones sociales) en el materialismo histórico.[230] Miguel d'Escoto, sacerdote en Nicaragua, había sido sancionado con una suspensión a divinis de sus funciones públicas por el papa Juan Pablo II en 1984, debido a su actividad política izquierdista en el gobierno sandinista de Nicaragua.Los comentaristas John L. Allen en Crux[236] y Damian Thompson en The Spectator[237] han expresado la sospecha de que dicha declaración sea exagerada.
El padre
Ernesto Cardenal
fue uno de los sacerdotes que integraron el primer gobierno de la
Revolución Sandinista
en Nicaragua. y uno de los referentes de la TL. Escribió
El evangelio de Solentiname
(1983) y protagonizó un fuerte enfrentamiento con
Juan Pablo II
.
El arzobispo de San Salvador,
Óscar Romero
, y el papa Juan Pablo II (1979).
Padre
Juan José Gerardi
, obispo de Santa Cruz del Quiché (Guatemala), asesinado el 26 de abril de 1998, dos días después de dar a conocer
Guatemala Nunca Más
, denunciando en detalle más de cincuenta y cinco mil violaciones de derechos humanos.
Tumba de la hermana
Dorothy Stang
asesinada en 2005 por su compromiso con los trabajadores rurales de la
Amazonia
brasileña.
El papa
Francisco
ha sido muy influido por la escuela argentina de la Teoría de la liberación conocida como
Teología del pueblo
.
El teólogo brasileño
Leonardo Boff
, uno de los fundadores de la teología de la liberación.
El sacerdote
Camilo Torres Restrepo
, cofundador, junto con
Orlando Fals Borda
, de la primera facultad de Sociología de Colombia y miembro del movimiento guerrillero
ELN
, muerto en combate en 1966.