[cita requerida] La esperanza, como actitud religiosa, hace referencia a los acontecimientos que dependen solamente de la voluntad divina.
En la Teología cristiana estas virtudes forman una unidad indisoluble con las virtudes cardinales o naturales que son cuatro: Prudencia, Justicia, Templanza y Fortaleza y todas ellas en su conjunto describen la imagen cristiana del hombre.
La esperanza en el futuro es tan importante en el hombre del Antiguo Testamento que se caracteriza a la felicidad — en su sentido virtuoso — como la posesión del porvenir, y la desgracia como la carencia de esta posesión.
Ante la pregunta de en que se fundamenta esta esperanza, el Antiguo Testamento indica tres: la omnipotencia divina, su misericordia y la fidelidad de Dios a sus promesas; según algunos textos se designa a Dios como «la esperanza» por antonomasia.
[cita requerida] En la francmasonería, se habla de tres virtudes, mencionadas en la marcha del aprendiz: "Tengo fe en mis ideales, esperanza en realizarlos, por amor a la humanidad.