No se puede olvidar que fue canonizado en 1323 por Juan XXII y declarado Doctor de la Iglesia en 1567 por San Pío V.
También en los Concilios Ecuménicos celebrados tras su muerte (1274) se hizo notar la doctrina del Angélico[5].
Su incomparable influencia en el Concilio Vaticano I (1869-1870) no es puesta en duda por nadie.
Tras maduro examen, la Congregación, con la aprobación explícita del Papa San Pío X, dictaminó que las siguientes 24 tesis "contenían exactamente los principios básicos y puntos principales de la doctrina filosófica del Angélico"[9]: El P. E. Hugon, O.P., profesor en el Angelicum y Maestro en Sagrada Teología de la Orden de predicadores escribió un reconocido comentario a estas tesis, mostrando toda su riqueza[10].
Además, no ponía en práctica el método escolástico, pues prefería escribir con un estilo más moderno.