La teología del pueblo es una corriente teológica nacida en la Argentina tras el Concilio Vaticano II y la Conferencia de Medellín (Colombia, 1968) como rama autónoma de la teología de la liberación que, según varios autores,[1][2][3][4][5][6][7] ha influido fuertemente en el pensamiento del papa Francisco.
Entre los principales teólogos de teología del pueblo se destacan Alberto Methol Ferré, Lucio Gera, Rafael Tello,[8] Justino O'Farrel, Juan Carlos Scannone y Carlos María Galli.
Pueblo, para esta corriente teológica, es entendido como una categoría histórica y mítica, una forma de fraternidad más allá de la estirpe.
No la reduce a la suma masiva de individuos, ni al conjunto de los ciudadanos que componen una sociedad o a la población, sino como una conciencia de orígenes y vicisitudes históricas comunes, en el patrimonio de su tradición, en su trasfondo cultural y religioso, en el ethos societario que se deriva y alimenta, en su capacidad de integrar diversos componentes en un mestizaje étnico y cultural, en el tejido de su convivencia familiar, laboral y social, en un destino solidario compartido en pos de una vida digna y buena para todos.
«La filosofía de la liberación: historia, características, vigencia actual».