En 1951, el empresario había aportado recursos para apoyar la asonada fallida del general Benjamín Menéndez, lo que lo llevó a prisión, y tras salir en libertad marchó al Uruguay.
Instalado de nuevo en Buenos Aires, el empresario radical Lamuraglia ofreció su quinta en Bella Vista para organizar la conspiración y se comprometió a financiar un futuro golpe.
Ese día la Infantería de Marina ocupó Bahía Blanca tras bombardear la ciudad, pero tropas leales al gobierno marcharon sobre ella.
Desde la madrugada se producìa el constante bombardeo del Puerto y la populosa barriada portuaria habitada por cerca de 30 mil personas.
[48] Eduardo Lonardi gobernó 52 días manteniendo algunos algunas políticas precedentes que se habían gestado durante el gobierno constitucional de Juan Domingo Perón.
Los vencedores tienen así el control total de la prensa.Su puesto en la Revolución Libertadora se debió a su oposición al peronismo desde empresas que integraba.
[114] Durante su gestión dispuso que fueran intervenidos los más importantes periódicos para reorientar su mensaje, colocando en ellos personas favorables al régimen de Aramburu.
Adicionalmente las personas culpables debían pagar una multa y quedaban inhabilitadas para desempeñar cargos públicos, sindicales o en partidos políticos.
Entre ellas: Hugo del Carril, Alberto Castillo, Tita Merello, Nelly Omar, Luis Elías Sojit, Américo Barrios,[122] y Antonio Tormo.
[123] La dictadura de Lonardi duraría solo 51 días tras la cual sería depuesto mediante un golpe palaciego perpetrado por Isaac Rojas y Aramburu.
[140] Para fines de 1955, tras el golpe palaciego las políticas del régimen militar se hacia cada vez más duras y radicalizadas.
[147] Se inició así una segunda etapa de la dictadura militar, caracterizada esencialmente por adoptar una línea más dura aun frente al Partido Justicialista.
Ese mismo día el régimen militar encarceló a más de 9 mil dirigentes sindicales, incluidos Framini y Natalini.
[156] También otorgó un indulto al mayor Guillermo Mac Hannaford, quien había sido condenado y degradado en 1936 por una corte militar por espionaje contra Argentina a favor de Paraguay.
Emilio Llambrias, de 19 años, fue llevado con los ojos vendados al Destacamento San Martín, otra jurisdicción policial del mismo partido.
Muchos chicos argentinos murieron por falta de aquellos aparatos y, ante la tragedia, tuvieron que importar veintiún pulmotores desde los Estados Unidos.
La cámara sostenía que el oligopolio permitía a dichas firmas incrementar los precios abruptamente y cometer prácticas desleales, violentando los principios de competencia.
[207] Al finalizar su período, Argentina se encontraba en default, y la deuda externa había crecido hasta alcanzar los 1800 millones de dólares.
Los resultados publicados en los días subsiguientes marcaban un elevadísimo porcentaje de abstenciones en el interior, principalmente en: Corrientes, Santa Cruz, Chaco, Formosa, Río Negro, La Pampa, etc.
Según la cifras oficiales los detenidos por el estado de sitio ascendieron a 150 personas que fueron alojadas en los buques París y Washington.
[251] Se dispuso la intervención de 40 firmas nacionales y extranjeras, entre ellas industrias como Kaiser Argentina, Mercedes Benz, Fiat, Deuz, etc.
La cámara sostenía que el oligopolio permitía a dichas firmas incrementar los precios abruptamente y cometer prácticas desleales, violentando los principios de competencia.
Inmediatamente después del golpe, la Universidad de Buenos Aires (UBA) fue dominada por organizaciones estudiantiles antiperonistas y fue intervenida pocas semanas más tarde.
Adicionalmente las personas culpables debían pagar una multa y quedaban inhabilitadas para desempeñar cargos públicos, sindicales o en partidos políticos.
[296] Durante la dictadura, figuras identificadas con el depuesto gobierno de Perón fueron prohibidas, encarceladas o perseguidas: Hugo del Carril y su esposa,[297][298] Alberto Castillo, Tita Merello,[298] Elina Colomer,[298] Fanny Navarro,[298] Nelly Omar,[299] Luis Elías Sojit,[300] Antonio Tormo,[301] Sabina Olmos,[302] Cátulo Castillo,[303] Chola Luna,[303] Héctor Mauré,[303] Paco Jamandreu,[304] entre otras.
El ente gubernamental tendría como tarea calificar las publicaciones culturales, económicas, sociales o políticas en la misma forma que se hará con las organizaciones.
Era la policía la que dictaba sentencia (el jefe podía imponer hasta 30 días de arresto) y en los hechos no había defensa alguna.
La guardia nacional panameña descubre intentos para asesinar a Perón, pero fueron frustrados y deportados los mercenarios, lo que originó una grave crisis diplomática con Argentina.
Entretanto, los radicales estaban inmersos en feroces luchas internas por acceder, después de casi treinta años, a los cargos ejecutivos del país.
Se designó para presidirlo al militante católico Luis María Bullrich, quien estaría acompañado por Andrés Bacigalupo Rosende, Juan Carlos Cruz, Reynaldo Pastor y Adolfo Sánchez Zinny como vocales.