Manuel Oribe

Se casó con su sobrina Agustina Contucci y Oribe, con quien tuvo cuatro hijos.

El historiador Francisco Bauzá, hijo de Rufino Bauzá, en su obra "Historia de la dominación española en el Uruguay" (1880-1882), argumenta que ante la insistencia casi obsesiva de Artigas en nombrar a su favorito, Fructuoso Rivera, como comandante militar al sur del río Negro para hacer frente a la invasión, Rufino Bauzá y Manuel Oribe se habrían manifestado en contra, situación que generó un violento intercambio de palabras con un Artigas al que ya la situación militar se le iba de las manos.

Carlos Federico Lecor, comandante del ejército ocupante, no opuso traba alguna al pasaje de los oficiales orientales a Buenos Aires, por más que no pudo atraerlos a su causa.

En Buenos Aires, según se sabe por la compulsa de la papelería de la época, desde 1819, Oribe, junto a Santiago Vázquez y otros orientales residentes allí, opuestos por igual a la ocupación portuguesa y brasileña como a Artigas, habría integrado una sociedad secreta, llamada Sociedad de los Caballeros Orientales, la cual esperó al menos hasta el Congreso Cisplatino de 1821 para emprender el retorno a la, desde entonces, llamada Provincia Cisplatina y comenzar sus trabajos para revertir la situación.

Nuevamente el grupo disperso hubo de reunirse en Buenos Aires, más exactamente en un saladero del entonces partido (hoy barrio) porteño de Barracas, del que era administrador el oriental Pedro Trápani.

Pese a todos los esfuerzos y los triunfos bélicos, la misión original fue desvirtuada, ya que la Convención Preliminar de Paz declaró la creación de un Estado libre e independiente, quedando así separada la Provincia Oriental de las Provincias Unidas, pasándose a llamar desde entonces Estado Oriental del Uruguay.

Su administración, de hecho ausentista, ya que pasó la mayor parte del tiempo en Durazno, ciudad que había fundado en 1821, fue llevada adelante por un círculo exclusivista de políticos vinculados al antiguo partido pro portugués y pro brasileño: Los cinco hermanos (Lucas José Obes y sus cuatro cuñados), lo que provocó dos movimientos insurreccionales de Juan Antonio Lavalleja en 1832 y 1834, ambos fácilmente derrotados.

Presionado desde el río y sitiado en la capital, Oribe presentó, dejando sentada su protesta y legitimidad del cargo que le obligaban a abandonar, su renuncia el 24 de octubre de 1838.

Pasó a Buenos Aires, donde Rosas lo recibió como presidente legal del Uruguay, y utilizó su experiencia militar incorporándolo al ejército que comandaba, por entonces en lucha contra el Partido Unitario.

Desde aquí en adelante, la oposición unitaria y sus aliados colorados del Uruguay insistieron cada vez más en la imagen del Oribe degollador y asesino, al igual que la de Rosas.

Designó ministros, hubo un parlamento y se dictó una ingente cantidad de disposiciones legales.

Fue en esta población que por primera vez se rindió oficialmente homenaje a José Gervasio Artigas, al serle dado el nombre del prócer federal a la principal avenida de Restauración.

Dicho nombre le fue dado en vida del prócer (1849) y entre los primeros actos de la administración del riverista triunfante en 1852, con ayuda brasileña, Joaquín Suárez figura el de eliminar tal denominación.

Algunas figuras destacadas de aquella administración fueron Bernardo Prudencio Berro, Cándido Juanicó, Juan Francisco Giró, Atanasio Cruz Aguirre, Carlos Villademoros y otros patricios, algunos de importante actuación política posterior.

Manuel Oribe no quiso decidir o no tuvo la altura política para decidir sobre este acto trascendente y envió el tema a tratamiento de una comisión parlamentaria que se perdió en devaneos que a nada llegaron.

Sea como fuere, hacia 1850 la causa de Oribe y Rosas parecía destinada a triunfar.

En cambio el caudillo entrerriano Urquiza, buscando una salida más ágil y directa para sus ganados hacia sus compradores del exterior, sin pasar por la aduana de Buenos Aires, que Rosas controlaba y cuyas rentas no socializó nunca durante sus casi 20 años de gobierno, fue tentado por Manuel Herrera y Obes quien le ofreció el puerto de Montevideo para tales efectos.

Manuel Oribe se retiró, estando ya en los tramos finales de su existencia.

Durante su velatorio, la Bandera de los Treinta y Tres Orientales, por la que combatiera, fue sostenida por quien había sido el abanderado de la expedición e incondicional partidario suyo, Juan Spikerman.

Anteriormente, en 1816, la actriz oriental Trinidad Guevara había tenido con él una hija, Carolina, que fue apadrinada por Gabriel Antonio Pereira.

Se justificaba porque su fundador era de origen colorado y firmemente reaccionario, Juan Andrés Ramírez.

Manuel Oribe, dibujo de Jules Daufrene.
Manuel Oribe
Bandera del Estado Oriental del Uruguay usada por las fuerzas del Partido Blanco hasta 1851.