Ese mismo año viaja a América del Norte tras ser nombrado como secretario de legación comercial en los Estados Unidos y México.Durante su estadía demuestra gran interés por la idiosincrasia política estadounidense, de la misma forma que advierte en la transformación del país norteamericano en un posible nuevo imperio.Posteriormente, junto a Carlos Roxlo funda el diario La Democracia, y en 1905 es electo legislador por primera vez.En 1940 fue opositor a la intención de instalar bases norteamericanas en suelo uruguayo, y en 1942 no apoyó el «golpe bueno» del presidente Alfredo Baldomir que redactó una nueva Constitución.Mientras que el último hijo, Luis de Herrera Basavilbaso, nació en 1806 y contrajo matrimonio en 1829 con Inés María Pérez Muñóz.Además, fue uno de los muchos deportados a Estados Unidos en la «barca Puig» tras el derrocamiento del presidente José E. Ellauri.Herrera es criado en un ambiente político, en una etapa de la historia uruguaya donde la persecución y el exilio eran episodios habituales.Esto debido a que Manuela Quevedo Antuña era protestante de la Iglesia Anglicana y hablaba el inglés en su vida cotidiana, ya que por haber quedado huérfana de madre desde muy pequeña, la había criado su tía casada con Samuel Lafonte, importante empresario inglés instalado en Uruguay.Durante el transcurso del conflicto, Herrera se convirtió en ayudante del coronel Diego Lamas, desempeñándose como soldado en todas las batallas en las que interviene la fuerza y escribiendo en el periódico de la revolución (redactor de La Revolución Oriental).[1][4] En 1902, durante su misión diplomática, envía a la cancillería uruguaya notas donde advierte, analiza y prevé el desarrollo de los Estados Unidos como potencia, particularmente su pretendido patronazgo sobre el continente americano, demostrado según Herrera por las reacciones norteamericanas ante la intervención europea en Venezuela ese mismo año.Esto motivó que al día siguiente el diario La Democracia le dedicara una invectiva titulada Miedo.[1]En 1914 viajó a Paraguay para reforzar viejos lazos históricos de su partido con aquel país y fue elegido diputado por Río Negro.Este grupo minoritario «defensor de un programa ideológico renovador» no fue percibido en ese momento con alarma o preocupación.Sin embargo, el punto más reiterado por Herrera fue que en Uruguay todavía no se había conquistado definitivamente la libertad política.El duelo culminó sin consecuencias físicas para ninguno de ellos, aunque tuvo importantes repercusiones públicas y simbólicas.[cita requerida] En octubre de 1929, fallecido José Batlle y Ordóñez, cuando en el CNA se propuso dispensar honores fúnebres al expresidentes Herrera afirmó:[8][21][31]Ese mismo año, llegadas las elecciones para renovar el tercio del Consejo Nacional de Administración, Herrera y su sector; y el sector colorado riverista, se abstienen de participar como manifestación contraria al sistema ejecutivo bicéfalo.En noviembre, un artículo del New York Times se mencionaba que Uruguay y los Estados Unidos habrían llegado a un acuerdo para el establecimiento de bases navales y aéreas en territorio uruguayo (en Laguna del Sauce, Maldonado), causando gran revuelo nacional.La Comisión trabajó durante todo ese año, presidida por Juan José de Amézaga, y elevó su informe al presidente.Esta elección supuso un grave revés para el Partido Nacional, que no logró la victoria en ningún departamento.Durante el resto de este conflicto Herrera y su sector fueron los únicos que continuaron defendiendo la neutralidad.Esta elección significó el regreso del batllismo al poder, con la fórmula: Tomás Berreta - Luis Batlle Berres.[2][3] En las elecciones generales de 1950, Herrera fue por sexta y última vez candidato a la presidencia por el Partido Nacional, siendo acompañado nuevamente en la fórmula por Martín Echegoyen.[cita requerida] Una comisión compuesta por delegados batllistas y herreristas redactó un proyecto de reforma en tiempo récord.Aun así, el Partido Colorado nuevamente triunfó, con la lista 15 de Batlle Berres como la más votada.[41] Herrera contribuyó a la conformación de los cuadros políticos del nuevo gobierno con aquellos que consideraba más aptos, sin importar su filiación partidaria o sectorial: Eugenio Lagarmilla (colorado) para Relaciones Exteriores y a Arturo Lussich (blanco independiente) para Salud Pública.[49]Herrera desplegó dos claras inflexiones en su concepción antiimperialista: por un lado, su desconfianza a las ideologías abstractas y, por lo tanto, la negación de todas las «solidaridades» de base ideológica; y, en segundo término, la resistencia al panamericanismo, entendido por Herrera como imperialismo encubierto sobre América Latina.En este trabajo Herrera expone sobre las ventajas e inconvenientes que traería aparejado el aumento del número de titulados universitarios en Uruguay.El diputado Narancio se mostró en desacuerdo, y expresó que «de cien bachilleres, llegarán a titularse diez o doce».Se podría considerar a Herrera como una personalidad adherida al ruralismo o agrarismo político-económico tradicional.
Luis Alberto de Herrera fotografiado a los 4 años de edad en el estudio Haut-Ton de la
Ciudad Vieja
, Montevideo.
Luis Alberto de Herrera a principios de los 1900s.
Luis Alberto de Herrera como encargado de negocios de Uruguay en América del Norte. Estados Unidos,
c.
1903.
Tropas nacionalistas en la guerra de 1904.
Carlos Roxlo
, cofundador de
La Democracia
junto a Herrera y compañero de este en el ámbito legislativo en sus primeros años.
Caricatura de Luis Alberto de Herrera que evoca el reto a duelo de este a José Batlle y Ordóñez, por el cual finalmente terminó batiéndose con un hijo de
la esposa de Batlle
, Ruperto Michaelson Pacheco, en 1906.
Luis Alberto de Herrera.
Luis Alberto de Herrera saludado por personas tras culminar su duelo con el presidente colorado
Baltasar Brum
, el 13 de diciembre de 1922.
Luis Alberto de Herrera y su familia en 1927, durante su viaje a Europa. En la fotografía fueron retratados a bordo Herrera, su esposa Margarita Uriarte, su hija María Hortensia y el «comandante» del barco.
El entonces senador Herrera en su alocución
Derecho de réplica
en 1941.
Domicilio de Herrera durante el «golpe bueno» de 1942.
Luis Alberto de Herrera.
Tapa de la revista
Peloduro
donde enseña una
caricatura
que hace
parodia
sobre quién posee el
poder real
dentro de la «coincidencia patriótica» pactada entre Batlle Berres y Herrera.
Entrevista a Luis Alberto de Herrera con motivo de su cumpleaños número 85, transmitida en radio
El Espectador
de Montevideo. Año 1958.