Su trayectoria política comienza incorporándose a la Revolución oriental como miembro del Cabildo de Montevideo.
Tras el desembarco de los Treinta y Tres Orientales, apoya la causa independentista ocupando cargos administrativos como secretario.
Sin embargo, se vio obligado a renunciar en septiembre de 1853 ante fuertes presiones del Partido Conservador, una facción colorada antifusionista.
Regresó al país en 1856 y en 1860 fue electo como senador por el departamento de Cerro Largo.
A su regreso en 1815, se encuentra con un novel gobierno artiguista en la bautizada Provincia Oriental.
Debido a su formación intelectual, fue elegido para desempeñarse como regidor del Cabildo de Montevideo.
Giró llegó a colaborar para lograr el fin de la resistencia oriental.
Se une a la logia masónica independentista de la Logia de los "Caballeros Orientales", junto a otras figuras como: Manuel Oribe (quien se convertiría en el segundo presidente constitucional del Uruguay), Santiago Vázquez, Pablo Zufriategui (su tío), entre otros.
Además, siendo síndico procurador del Cabildo, este cuerpo declaró el acto de incorporación al imperio portugués como "nulo, arbitrario y criminal"; pero la acción revolucionara no prosperó, por lo que se retiró a la actividad particular.
Giró fue arrestado por fuerzas portuguesas por "sospechoso" en el bergantín de guerra "Pirarajá".
Giró fue opositor a su gobierno, encarando en ese sentido su tarea periodística en el periódico "El Recopilador", aunque no actuó en las rebeliones lavallejistas que se levantaron contra este primer gobierno de Rivera.
[1] Instalado el Sitio de Montevideo en 1843, Giró se incorporó al Gobierno del Cerrito encabezado por Oribe.
Terminado el conflicto, el candidato para la presidencia acordado por ambas partes era el general Eugenio Garzón.
[1] Meses antes habían sido electas las cámaras legislativas mediante listas mixtas en las que se alternaban candidatos tanto colorados como blancos, todo al tenor del espíritu de pacificador y de concordia.
Giró pretendió llevar a cabo un gobierno con representación paritaria de ambos bandos que se enfrentaron en la Guerra Grande (blancos y colorados).
Incluso antes de asumir el Parlamento ya había quedado ligeramente desbalanceado en favor del sector identificado en la Guerra Grande con la divisa blanca.
Fue hacia Pando, y luego Maldonado, San Carlos, Minas, Melo, Tacuarembó, Salto, Paysandú, Colonia, Mercedes, Durazno, San José, Santa Lucía y Canelones, volviendo a la capital en los primeros días del año 1853.
[2] También integró la comitiva el ingeniero francés Edouard Penot, el que elaboró un informe en el que valorizó el papel de la agricultura y propuso la apertura de rutas y caminos.
En cada pueblo el presidente era recibido por los vecinos, que veían extraño que no viniera "a caballo", sino en carruaje en su vestimenta de negro corbatín, chaqué y chistera de felpa.
La dramática situación financiera obligó al presidente a adoptar medidas de excepción.
Las policías se disolvían por falta de pago y la inseguridad reinaba en el medio rural; en las puertas de la Tesorería clamaban los pensionistas y los empleados públicos; nadie quería suministrar nada al Estado.
Era el único recurso importante, fuera del subsidio brasileño que no bastaba.
Giró decidió que previamente el tratado debía ser aprobado por las Cámaras de acuerdo con los preceptos constitucionales.
Este poco pudo hacer, dadas las dificultades internas porque estaba pasando la Confederación Argentina.
Esto desencadenaría consecuencias que llevaría a la caída de su gobierno.
Los regimientos de línea formados cargaron a tiros contra la Guardia Nacional que desfilaba sin municiones; hubo muertos y heridos[12] y así la Guardia Nacional fue dispersada en la Plaza Matriz por el 2º batallón de Cazadores, según parece, Melchor Pacheco y Obes les había hecho creer que se les despediría.