Su capacidad profesional le permitió desarrollar su carrera militar en los más prestigiosos destinos.
Su inteligencia y contracción al estudio motivaron que fuera profesor de la Escuela Superior Técnica.
Allí estaban los generales Juan José Valle y Raúl Tanco, entre otros oficiales.
El gobierno militar decidió efectuar un castigo ejemplificador y completamente inusual para la historia argentina en el siglo XX disponiendo el fusilamiento de los sublevados.
Manrique fue a ver al general Aramburu y éste se negó a conmutarle la pena, aduciendo que después de haber fusilado a suboficiales y civiles no se podía dejar de aplicar la misma pena al cabecilla del movimiento.
Su hija Susana, de 18 años, corrió a ver a Monseñor Tato, que había sido expulsado, quien por intermedio del Nuncio Apostólico obtuvo que el Papa telegrafiara un pedido de clemencia al dictador Aramburu, sin resultado.
Juan José Valle» a la Escuela de Ingenieros del Ejército Argentino.
[21] Existe además un busto en homenaje a Valle en la Escuela de Ingenieros que lleva su nombre.
Además existen calles en su honor en Bernal, partido de Quilmes,[25] en Capital Federal[26] Nueva Pompeya,[27] en Morón,[28] en Cipolletti.
[29] y en La Cumbre, provincia de Córdoba, una Avenida céntrica lleva su nombre.
[23] Además se declaró Lugar Histórico Nacional al sitio donde fue fusilado el General Juan José Valle, en el Parque "General Juan Gregorio de Las Heras", Ciudad Autónoma de Buenos Aires.