El movimiento se disolvió en 1976, debido a la Guerra sucia y específicamente el Operativo Independencia instalado por la dictadura cívico-militar que tomó el poder ese año.
Por tal razón, es considerado el padre de la Iglesia moderna, nacida con el Concilio Vaticano II.
También, en las indicaciones sobre la implicación de la Iglesia en la acción social contenidas en la encíclica dictada por el papa Pablo VI.
Este hecho puede considerarse el documento fundador del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM), a la cual se añadieron rápidamente 22 firmas.
El MSTM envió una carta a los obispos reunidos en Medellín, que fue firmada por 400 sacerdotes argentinos y 500 más de otros países latinoamericanos.
Junto con numerosos laicos, el MSTM se dedicó al trabajo social en zonas marginales, además de apoyar las reivindicaciones obreras.
[15] El escritor Carlos Sacheri publicó entonces un libro contra el MSTM, en el que se destaca el señalamiento a Miguel Ramondetti como "comunista".
Sirvió a la comunicación interna de los adherentes al MSTM, y tuvo circulación nacional.
Sus directores fueron los sacerdotes Alberto Carbone (Buenos Aires 1968-1970), Miguel Ramondetti (Goya, 1970-1973) y Osvaldo Catena (Santa Fe, 1973).
Algunos sacerdotes tercermundistas dejaron la sotana por aquellos años para sumarse a la guerrilla, mientras que otros representantes del movimiento como el padre Carlos Mugica y el padre Carbone, asesor nacional de la JEC continuaron con su rechazo a la lucha armada,[22] diferenciando el MSTM de las guerrillas.
Más de 400 sacerdotes integraron el MSTM, entre ellos los padres Miguel Ramondetti, Rodolfo Ricciardelli, Héctor Botán, Carlos Mugica -asesinado en 1974 por la Triple A-, Elías Musse, Rubén Dri, Rolando Concatti, Rafael Yacuzzi, Jorge Adur, Domingo Antonio Bresci, Alberto Carbone, Luis Farinello, Miguel E. Hesayne, Pablo Tissera, Osvaldo Catena, Fernando Boasso, Jorge Vernazza, Carlos Aguirre, Aldo Büntig, José "Pepe" Serra, Osvaldo Musto (hasta diciembre de 1968), Vicente Reale, Oscar Bracelis, Rolando Concatti, Edgar Taricco, Miguel Pérez Burgoa, Agustín Totera, Carlos Pujol.
En la actualidad, el Padre Pepe tal vez sea uno de los referentes con mayor difusión.
Como en épocas anteriores, donde los "curitas" (como se les llama afectuosamente) eran perseguidos por la dictadura y en algunos casos asesinados -por estar estrechamente vinculados al Erp y Montoneros-, hoy son los narcotraficantes instalados en las villas, quienes persiguen a los curas villeros.