Masacre de San Patricio

Aproximadamente a la 1 a. m. del 4 de julio, tres jóvenes, Luis Pinasco, Guillermo Silva y Julio Víctor Martínez, vieron cómo dos automóviles estacionaban frente a la iglesia de San Patricio.

[2]​ Al día siguiente, el diario La Nación publicó una crónica sobre la masacre que incluía el texto de un comunicado del Comando de la Zona I del Ejército que decía:

A la misma se presentaron altas autoridades militares y más de tres mil fieles.

El entonces nuncio apostólico en la Argentina, Pío Laghi, concelebró la misa y le dijo ese mismo día a Robert Cox, director del diario Buenos Aires Herald:

En agosto de 1976 un grupo armado secuestró por unas horas a Mariano Grondona, conocido abogado y periodista.

Al liberarlo sus captores le indicaron que debía llevar un mensaje a los obispos: que si seguían tolerando a sacerdotes de izquierda «proseguirían los episodios como el de los palotinos y sufrirían una escalada hacia la jerarquía eclesiástica».

Grondona comunicó el mensaje al Nuncio Pío Laghi y al vicario castrense Monseñor Tortolo, pero no hizo denuncia alguna del secuestro ni puso el hecho en conocimiento de la justicia hasta 1984.

El camino continuó por la parroquia San Bonifacio, Centro de Espiritualidad Palotina, en la calle Cuba 2981, donde se recordó a Barbeito; la parroquia Inmaculada Concepción, en Vuelta de Obligado y Juramento, donde se recordó el padre Leaden; la parroquia Nuestra Señora de Lourdes en Monroe y Freire, donde se recordó al padre Dufau, y finalmente parroquia San Patricio, donde se recordó al padre Kelly.

Los miembros de la Compañía “toman como norma la caridad generosa, que ama servir y no busca el propio interés (ver 1 Cor 13)".

[19]​[8]​ Por esa misma época se estaba produciendo, en la Argentina, un intenso debate acerca de esa prohibición eclesiástica a los sacerdotes para participar en política, debate que había sido planteado por el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, al que hacen referencia las siglas (MSTM) nombradas en las leyendas dejadas en la escena del crimen por los victimarios.

La pertenencia de los sacerdotes palotinos asesinados al MSTM no está probado ni puede estarlo, puesto que no se trata de un movimiento orgánico sino de una tendencia a la que distintos religiosos podían adherir total o parcialmente en distintos momentos, pero sí resulta claro que habían tomado de esta tendencia la opción por una participación directa en organizaciones políticas, y especialmente en las vinculadas a la Tendencia revolucionaria del peronismo.

Distintas fuentes pertenecientes o relacionadas con Montoneros han sostenido en forma coincidente que algunos de los caídos pertenecían a dicha organización.

[25]​ También Ernesto Jauretche, ex oficial primero montonero, en una carta de lectores enviada a la revista Tres Puntos como respuesta a una nota publicada en la misma por el periodista Miguel Bonasso, también exintegrante de la agrupación armada.

En la misiva, Jauretche recuerda: “Es cierto que estuvieron esperando mi llamado de control.

Luego cansado del guitarreo y la sanata, emigró al peronismo revolucionario".

[27]​ Horacio Verbitsky ha dicho: “La guerrilla creó un organización de superficie que se llamó Cristianos para la Liberación en la que había sacerdotes como Jorge Adur, Vicente Adamo, Emilio Neira y Pablo Gazzari; seminaristas como el palotino Salvador Barbeito, y laicos como Norberto Habegger, quien había sido secretario general de la Juventud Demócrata Cristiana y fundador junto con Roberto Perdía de la organización Descamisados, que luego confluyó en Montoneros”.

Sin explicar el motivo, la Iglesia católica no se presentó como querellante en la investigación penal de los asesinatos.

Sin embargo, poco después, en junio de 1987 el juez Blondi desprocesó a ambos policías y clausuró la causa considerando que los delitos habían prescripto.

La Cámara dejó sin efecto el fallo, pero la Corte Suprema dejó a su vez sin efecto la decisión de segunda instancia y ordenó condenar al periodista, en los términos de la sentencia inicial.

Pocos días después, falleció el periodista Eduardo Kimel con apenas 57 años.

Foto forense de los cuerpos de los Padres Palotinos al ser hallados, y una caricatura de Mafalda dejada por los perpetradores.