Con erasmismo en España se alude a la notable influencia que las ideas de Erasmo de Róterdam tuvieron en España, sobre todo en la primera mitad del siglo XVI, con el apoyo del emperador Carlos V.
Su ideal sería una reconciliación irenista sin vencedores ni vencidos, que aseguraría la reforma necesaria de la Iglesia evitando el cisma".
Alemania, con sus estufas y sus caminos infestados de bandidos, no me dice nada tampoco.
¡He encontrado aquí tales pestes que, si hubiese podido preverlas, antes me habría ido a vivir entre los turcos!».
Lucio Marineo Sículo elabora una lista de humanistas disponibles para la reforma.
El erasmismo sigue presente en la corte gracias a Juan Calvete de Estrella, instructor del príncipe Felipe.
En 1527 el inquisidor general Manrique, presionado por las órdenes mendicantes que habían sido objeto de las sátiras de Erasmo, se vio obligado a convocar una junta en Valladolid para debatir sobre sus supuestas "herejías", aunque en la misma no se llegó a ninguna conclusión.
En 1537 se vio obligado a abjurar de sus "errores", siendo recluido en un monasterio, pero Carlos V intervino ante el papa y consiguió que éste anulara la sentencia.