Bernardino Tovar
c.1545) fue un religioso español, defensor de un cristianismo interior y eje del núcleo erasmista alcalaíno.Al declarar en 1529 como testigo en el proceso abierto por la Inquisición a Medrano, Tovar negó haberle visto tener sobre sus rodillas a Francisca, como le preguntaban, pero reconocía haberlos visto abrazarse y que Medrano le decía de Francisca, a la que llamaba su hijita, que era una «santa criatura y esposa de Ihesuchristo».[2] Cuando Francisca salió desterrada de Salamanca, Tovar la acompañó a Valladolid como capellán, abandonando sus estudios.[6] Pero Tovar no se apartó de la ortodoxia o, cuando menos, fue precavido.[10] Ambos, Miona y Torres, marcharían a París en 1530 prevenidos quizá por la detención de Tovar.El primer encuentro de Tovar con la Inquisición es del 6 de diciembre de 1529, llamado a testificar en el proceso abierto por el Santo Oficio a Antonio Medrano, a quien Tovar no tenía por codicioso sino por «onbre que quería buena olla y mal testamento».[18] Bataillon piensa que sobre Tovar pudo recaer una sentencia semejante, «en resumidas cuentas, probablemente debió abjurar de vehementi y sufrir una penitencia más o menos prolongada».